Eres perfectamente hermosa

¿Viste lo que Dios te dijo, querida hija? ¿Asumiste que Él no te estaba hablando? Oh, qué desconsolada me hace sentir, así que sólo puedo imaginar cómo se siente tu Padre y Creador.

Aunque no me sorprende. Hoy, más que nunca, las mujeres, jóvenes y mayores, somos bombardeadas continuamente con pensamientos de que no somos como las demás y nunca nos sentimos realmente bonitas. Creemos que somos demasiado gordas o demasiado delgadas, demasiado altas o demasiado bajas, que nuestras narices son demasiado largas o demasiado anchas y que nuestra piel es demasiado blanca o demasiado oscura; la lista de cosas que podemos elegir es interminable.

Déjame contarte algo que sucedió que me ayudó y que me encanta compartir cada vez que Dios me brinda la oportunidad. Hace años, mientras viajaba por diferentes partes del mundo, visité un continente conocido por producir muchas ganadoras de Miss Universo —más que cualquier otro país. Las niñas son enviadas a escuelas para aprender cómo ganar el título preparándolas sobre cómo hablar, caminar, qué vestir, etc.

Lo interesante es que no importa cuán hermosa sea una mujer, incluso las supermodelos se sienten inferiores, que hay algo que no está bien, ¡algo que ella quiere cambiar en sí misma!

Sólo unas semanas después, mientras volaba a otro continente, tuve mucho tiempo para hablar con el Señor sobre esto, pidiéndole sabiduría. “Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” Santiago 1:5. Comencé pidiéndole una manera de explicar a las mujeres y niñas de “toda tribu, nación y lengua” cómo Él las ve.

Curiosamente, estaba de camino a África, donde mi familia anfitriona había concertado una cita para que hiciéramos un verdadero safari—Su plan perfecto. Después de esa increíble experiencia, entendí lo importante que es vernos a nosotros mismas y a los demás. *Por favor, prométeme animar al menos a otra mujer que conozcas o encuentres que necesite darse cuenta de lo hermosa que es y compartir esta analogía, esta historia con ella.

El Señor dijo que nos ve en peligro y que necesitamos Su protección, como todos los animales en peligro de extinción. Mientras estaba en mi vuelo, me preguntó por qué personas de todas partes del mundo pasan horas conduciendo, despertándose al amanecer y pagando miles de dólares para venir a África. Todos estábamos allí por una razón —esperábamos (y yo estaba orando) poder ver sólo uno de estos animales— ¡incluso si era desde una gran distancia!

Ahora imagina si mientras miramos y exclamamos, nos asombramos y tomamos fotografías, una hermosa y majestuosa jirafa estuviera pensando para sí misma: “¡Mírame! ¿Por qué mi cuello tiene que ser tan largo? ¡Qué vergonzoso tener que abrir las piernas sólo para tomar un trago de agua! Y todas estas manchas marrones. . . ¿¡Por qué no puedo tener un abrigo precioso como el de la Señorita Leopardo de allí!?

Luego, camina un rinoceronte blanco increíble y en peligro de extinción que dice: “No puedo creer que mi madre tenga la nariz larga, es tan vergonzoso, y su trasero demasiado grande también —¡es enorme! ¿Por qué mi piel tiene que ser tan oscura y correosa? ¿Por qué mi piel no puede ser suave como la señorita Leopardo?

Una vez más, recuerde, personas de todo el mundo viajan a África para despertarse antes del amanecer, conducir durante horas y hacer todo lo posible para tomar fotografías de todos los ángulos de un rinoceronte, ya sea su gran trasero o la esperanza de obtener esa instantánea de su vista lateral para mostrar la hermosa longitud de esa nariz!

Todo el mundo sueña con ver una jirafa bebiendo de un abrevadero, con las piernas abiertas debido a sus largas piernas y su largo cuello. Estaríamos encantados si alguna vez pudiéramos acercarnos lo suficiente para ver la larga lengua negra. Tomaríamos una foto tras otra para mostrárselas a todos los que conocemos y las publicaríamos en las redes sociales.

Cuando compartí esta historia con las mujeres de Sudáfrica esa misma semana, una preciosa amiga me dijo más tarde que a la mañana siguiente se levantó, se miró en el espejo y dijo que realmente le gustó lo que vio. ¡Por primera vez estaba mirando a través de los ojos de su Amado! Lo compartí nuevamente unas semanas más tarde en una conferencia en Nairobi, Kenia, donde habían viajado mujeres africanas desde varios países africanos diferentes.

Aunque no estuve allí el tiempo suficiente para hablar con nadie después de la conferencia (ya que tuve que tomar un avión para hablar en Amsterdam), vi la verdad transformar a estas hermosas damas. Cuando las miré a la cara, pude ver que estaban radiantes de alegría y que muchas mujeres tenían lágrimas calientes corriendo por sus mejillas. Todo lo que hice fue pedirle Su opinión junto con una forma de explicárselo a otras mujeres. Luego también pedí una oportunidad para compartir lo que Él me había dicho —tú, cariño, puedes hacer lo mismo con cualquier cosa que te preocupe o te inquiete.

Si lo que he compartido te ha conmovido, comparte esta historia con otras mujeres y chicas que conoces o encuentres. Hazles saber cómo nos ve Dios: raras, únicas y en peligro, porque solo hay una de cada una de nosotras, ¡y esa es otra razón por la que Él nos pide que seamos fructíferas y nos multipliquemos! ¡Comienza a tener "Dulces sueños" acerca de tener hijos preciosos que se parecerán a ti, a tu futuro esposo y a sus dos familias!

Recuerda, tu Padre, Dios, simplemente está esperando darte sabiduría para ayudarte a que puedas ayudar a otros después de descubrir la verdad. Es preguntándole cada vez que tengas una necesidad, un dolor o una duda. Habla con Él constantemente y luego escucha cómo te lo explica. Y luego pídele que te permita transmitir Su amoroso mensaje a las mujeres después de pedirle que te muestre quién necesita escucharlo.

¿Tienes la imagen?

Con suerte, te haces una idea. Pero por si acaso, cuando le estaba contando esta historia a una de mis hermosas nietas, mi Mejor Amigo me dio una imagen de otra analogía.

¡Solo considera todas las diferentes razas de perros! Inmediatamente, comenzamos a reírnos, pensando en algunas de las razas de perros “feas” que consideramos adorables. Como le estaba diciendo a mi nieta, algunos tienen una nariz hundida que parece como si se hubieran chocado contra una pared, mientras que otros tienen orejas largas, enormes y de gran tamaño, y luego hay algunos que tienen piernas cortas y rechonchas. Como antes, tomemos un momento para escuchar lo que podrían pensar si fueran seres humanos.

"Es tan humillante tener estas orejas largas", piensa el beagle, "Oh, ¿por qué no puedo tener lindas orejas puntiagudas como las de ese pequeño chihuahua?" Mientras que el chihuahua piensa: "Soy muy bajo, demasiado delgado y desearía poder dejarme el pelo largo como el Yorkshire Terrier". El pastor alemán que siente que tiene el pelaje del largo perfecto dice: “Sí, pero odio mi pelaje graso. Cuando alguien me acaricia, me siento humillado, así que trato de evitar a la gente, pero eso me hace sentir solo y no amado”.

La verdad es que nuestras opiniones sobre cómo nos vemos no son cómo nos ve el Señor a ninguna de nosotras ni cómo nos ve la mayoría de la gente. Las personas que te menosprecian muchas veces lo hacen porque están heridas y se sienten inseguras.

Recuerda, todas estamos en la lista de peligro de Dios, ya que no hay dos iguales y pocas mujeres son lo suficientemente valientes como para “ser fructíferas y múltiplicarse”. El plan perfecto de Dios fue crearnos a cada una de nosotras en todas las formas y colores para que pudiéramos aprender a apreciar todas las variedades. ¿Te imaginas lo aburrido que sería el mundo si Dios nos creara a todas iguales? Diferentes culturas tienen diferentes ideas sobre la verdadera belleza, pero el Señor, Dios, las hizo todas. Dios dijo que fuimos hechos a su imagen, entonces, ¿cómo podemos separar Su obra y aceptar las mentiras que los más inseguros difunden porque ellos mismos se sienten muy inferiores? El enemigo viene a “robarnos, matarnos y destruirnos”.

“Es mi deber asegurarme de que Satanás no obtenga ni siquiera una pequeña victoria sobre nosotras, porque no queremos ser ingenuas, ignorantes, inconscientes y luego caer presa de sus malvados planes” 2 Corintios 2:11.

Nuestro Creador (y nuestro Mejor Amigo) ama nuestra vista lateral, nuestro cabello, nuestro tono de piel y nuestra textura —especialmente las imperfecciones que creemos ver en nuestra apariencia. Al Señor le encanta lo altas o bajas que somos. Incluso le gusta el peso extra que hemos ganado.

Si te cuesta sentir que estás demasiado gorda, ¡imagínate ver un animal flaco y lo horrorizada y desconsolada que te sentirías si vieras un animal que no comía porque se sentía gordo!

Dado que sentir sobrepeso parece ser una obsesión para la mayoría de las mujeres, si tienes dificultades como la mayoría de nosotras y actualmente pesas más de lo que te gustaría tener, ¡también le hablé de eso! Así es como Él me aseguró que no importa cuánto pese, sigo siendo absolutamente hermosa.

Mientras estaba en Italia, me señaló cómo los artistas más grandes y famosos pintaban y esculpían mujeres muy grandes y con curvas. Incluso sus traseros se consideraban hermosos cuando eran bastante grandes y llenos. Sin embargo, aquí estamos, haciéndole el juego al enemigo al que le encanta hacernos sentir como si no llegáramos a ser hermosas. ¿Según los estándares de quién? No son los del Señor, ¿y la opinión de quién es más importante?

¿Por qué nos preocupamos por nuestra belleza exterior de todos modos cuando sabemos que “Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor, esa será alabada” (Proverbios 31:30)? Dejemos de lado la obsesión por nuestra apariencia y decidámonos a “sonreírle al futuro”. Acordemos dejar de mirarnos al espejo y centrarnos en lo que a ti y a mí no nos gusta. Empezar a “pensar en los demás como más importantes que nosotras mismas” y buscar atributos que duren. “Generosidad, bondad, paciencia”.

Si lo que te preocupa es el envejecimiento, Él me recordó amorosamente cuando dijo esto: “Por tanto, no nos desanimamos [desanimados, decepcionados o temerosos]. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando [progresivamente], por dentro nos vamos renovando [progresivamente] día tras día. Pues los sufrimientos [este problema pasajero] ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria [una plenitud] eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento [sobrepasando todas las comparaciones, un esplendor trascendente y una bienaventuranza sin fin]. Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero [sólo breves y pasajeras], mientras que lo que no se ve es eterno [e incorruptibles]” 2 Corintios 4:16-18 NVI.

Ahora, como mujer mayor y más sabia, me emociona llegar a los 70 y me duele el corazón cuando escucho a mujeres mayores que intentan desesperadamente parecer más jóvenes. Hablan de hacerse estiramientos faciales o de ojos, evitar el sol y comer alimentos que no las hacen sentir bien o saludables —pero que las mantienen más delgadas, lo que las hace parecer mayores.

Lo que le he pedido a Dios es que me ayude a envejecer dignamente y con gracia. En lugar de tener miedo de envejecer, me fascina el proceso de envejecimiento. El mundo no es mi hogar, simplemente estoy de paso en un viaje hacia un “cielo nuevo y una tierra nueva” y un cuerpo perfecto. https://www.biblegateway.com/verse/es/Filipenses%203%3A21

Curiosamente, cuando le digo a la gente mi edad, siempre se sorprenden y dicen que pensaban que era años más joven. Mi secreto de belleza es: “Los que a Él miraron, fueron iluminados; sus rostros jamás serán avergonzados” Salmo 34:5. Así que asegúrate de que todas las mujeres mayores de tu vida, como madres y abuelas, sepan lo hermosas que las ves porque es posible que no se den cuenta de que su amabilidad, sonrisa, amor y calidez las hacen tan hermosas.

Bastante Musculosa

También me gustaría hablar de algo nuevo que ha sucedido sólo en los últimos años. Otro fenómeno me ha tomado por sorpresa: la tendencia de las mujeres a hacer ejercicio o entrenar hasta el punto de verse tan musculosas como un hombre joven. A lo largo de este libro, te he enseñado lo importante que es celebrar cómo Dios nos creó mujeres. Y no hay mejor manera que sentirse femenina.

Lamentablemente, en lugar de querer sentirse y verse femeninas, las mujeres se esfuerzan por lucir “bastante musculosas”. Este entrenamiento excesivo no sólo produce músculos bien definidos y voluminosos, que alguna vez estuvieron reservados para los hombres, sino que cuando las mujeres entrenan hasta este punto, a menudo reduce el tejido mamario e interfiere con el ciclo mensual de la mujer. ¿Es esto honrar y celebrar cómo fuimos creadas como mujeres? ¿Una mujer demasiado musculosa sería fácilmente vista como Su novia y se sentiría femenina como Dios pretendía?

Por otro lado, si Dios te hubiera creado para que fueras más musculosa o de apariencia masculina, no permitas que el enemigo use esto para confundirte. Ten cuidado con la pendiente resbaladiza de la sociedad actual que va más allá de aceptar quién es una persona. Ahora promueve una forma de vida contraria a la Vida Abundante por la que Él murió para darnos. Él murió para que pudiéramos disfrutar de ser aquello para lo que fuimos creadas —una mujer, Su novia.

Cómo Él y nosotras te vemos

Mientras estuve en Brasil, tuve una anfitriona que continuamente me decía: “Linda, linda, linda”, que en portugués significa “Hermosa, hermosa, hermosa”. Preciosa, ¡eso es lo que dice tu Amante, tu Esposo Celestial, tu Mejor Amigo cada vez que te mira! Él simplemente no puede apartar Sus ojos de ti y Su amor crece con cada mirada.

No hay necesidad de descubrir o cambiar quién eres, ya que eres “Linda” Hermosa —su querida y hermosa novia, “Si tú no lo sabes, ¡Oh la más hermosa de las mujeres!... ¡Cuán hermosa eres, amada mía, cuán hermosa eres!” Cantares de Salomón 1:8, 15

Recuerden, Él nos compró por un precio, no para que puedan subestimarse y ser esclavas del enemigo que se burla de ustedes cuando se comparan con otra persona (que muchas veces también es insegura y usa filtros para sentirse mejor consigo misma). Pregúntale qué ve cuando te mira. ¿Cuáles son sus características favoritas? Si tuviera que adivinar, Él ama tu bondad, paciencia y gentileza. Le encanta cómo te preocupas por los demás, preguntándote cómo se sienten para que no tengas tiempo para pensar en ti misma.

No seas fea

En el Sur (la parte sur de los Estados Unidos), hay un “dicho” que las madres usan para corregir el comportamiento de sus hijos. Dicen: "No seas feo" cuando alguien es cruel con otra persona. Adopté este dicho porque es la verdad. Hay niñas y mujeres que pueden tener un cabello impecable, maquillaje, ropa cara y una figura perfecta. Pero son crueles, egoístas y groseras. En definitiva, son feas porque trasluce el corazón de la persona.

Una de las mujeres más influyentes de mi vida fue mi abuela. Ella era más valiosa para mí porque no tuve abuela hasta que me casé, y creo que debido a que esperé tanto, obtuve lo mejor. ¡Todos la llamaban bisabuela Brown porque era una gran mujer! Me sentí tan especial porque era suya; yo era su nieta y quería ser como ella.

Sin embargo, si alguien la mirara físicamente, no sería considerada hermosa de ninguna manera o forma. Esta dulce mujer tenía enormes costras de eccema que se descamaban por todo el cuerpo. Tenía gafas terriblemente gruesas y unos audífonos enormes. No era ni alta ni delgada y, aun así, ¡era preciosa! ¡Todos se sintieron atraídos por ella y dirían que era la persona más hermosa que jamás habían conocido!

Querida hija, no importa tu apariencia exterior, tu espíritu humilde, gentil y bondadoso siempre brillará. Abre la boca sólo con palabras amables y ama a los demás lo suficiente como para no ofenderte por su vómito verbal.

Ten compasión de aquellos que están enfermos de corazón y no pueden controlar lo que vomitan de su boca, contagiando a los inocentes. Cuida a aquellos que son tan desafortunados al no tomar en serio sus palabras. Haz como hizo nuestro Salvador: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.