¡Compartir es amar!

Lea el Testimonio de matrimonio RESTAURADO de Atarah,
"Mejor para mí antes que ahora"

Este testimonio fue tomado de uno de nuestros muchos
palabra de su Testimonies libros
para ayudarle a
superar cualquier duda o el miedo  en
la capacidad de Dios y el deseo de
restaurar su matrimonio!

Capítulo 4 "Diversas Pruebas"

“Hermanos míos, considérense muy dichosos
cuando tengan que enfrentarse con diversas
pruebas, pues ya saben que la prueba de
su fe produce constancia.”
Santiago 1:2-3.

¿Cuál es el propósito de Dios para nuestras pruebas y tribulaciones? Muchos cristianos no tienen idea de por qué Dios permite nuestros sufrimientos. Sin este entendimiento, ¿es de extrañarse que haya cristianos que hoy son fácilmente vencidos? Veremos que hay muchos benefi cios que vienen con nuestras pruebas y confl ictos, especialmente la edifi cación de nuestra fe y la constancia necesaria para terminar el curso establecido delante de nosotros.

Lo más importante que necesitamos percatarnos durante nuestras pruebas, tribulaciones, confl ictos y tentaciones es que ¡Dios está en control! Es Su mano la que permite que estas pruebas nos toquen. Cuando Él lo permite, Él envía Su gracia para permitirnos soportarlas.

Permiso para la adversidad. Lo que es de más consuelo saber es que Satanás no puede tocarnos sin el permiso de Dios. “Muy bien, le contestó el Señor. Todas sus posesiones están en tus manos, con la condición de que a él no le pongas la mano encima” Job 1:12. Satanás no solamente necesita permiso, pero además a él se le dan específi cas instrucciones de cómo nos puede tocar. “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo” Lucas 22:31.

Tentaciones. Las tentaciones que experimentamos, dice la Escritura, son comunes a todos los hombres, no obstante, Dios provee una salida. “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fi el, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fi n de que puedan resistir” 1 Corintios 10:13. ¡Él no va a sacarla a usted del fuego hasta que usted esté dispuesta a caminar en él, a través de él, y a soportarlo!

Las tentaciones vienen por nuestra propia lujuria. La lujuria es simplemente lo que NOSOTROS queremos. También Dios no puede tentarnos para hacer el mal, ¡sino que es nuestra lujuria la que nos tienta a hacer lo que no deberíamos! “Que nadie, al ser tentado, diga: ‘Es Dios quien me tienta.’ Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie” Santiago 1:13. Las mujeres sólo se concentran en ver la lujuria de sus esposos (adulterio, drogas, alcohol o pornografía), pero ellas no ven sus propias lujurias por comida, por ir de comprar, o ¡aún por sus matrimonios! La lujuria es la lujuria —¡un deseo de lo que NOSOTROS QUEREMOS!

Estamos en Sus manos. “A todo esto me dediqué de lleno, y en todo esto comprobé que los justos y los sabios, y sus obras, están en las manos de Dios” Eclesiastes 9:1. Cometemos el error de tontamente intentar conseguir cosas de otros, especialmente de nuestros esposos, ¡cuando TODO lo que recibimos será de parte de Dios!

“Muchos buscan el favor del gobernante, pero la sentencia del hombre la dicta el Señor” Proverbios 29:26

“De nada sirven ante el Señor la sabiduría, la inteligencia y el consejo. Se alista al caballo para el día de la batalla, pero la victoria depende del Señor” Proverbios 21: 30–31.

“Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del Señor” Proverbios 16:33.

“En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado” Proverbios 21:1.

Arrepentimiento y salvación. “Sin embargo, ahora me alegro, no porque se hayan entristecido sino porque su tristeza los llevó al arrepentimiento. Ustedes se entristecieron tal como Dios lo quiere, de modo que nosotros de ninguna manera los hemos perjudicado. La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce muerte” 2 Corintios. 7:9–10. Dios nos permite que estemos tristes para traernos arrepentimiento. Cuando nosotros intentamos hacer que nuestros esposos (u otros) se disculpen por lo que han hecho, esto no traerá arrepentimiento genuino y verdadero, sino que en lugar de eso ¡ENDURECERÁ sus corazones hacia nosotros y hacia Dios!

Necesitamos gracia. “Pero él me dijo: ‘Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.’ Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y difi cultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” 2 Corintios 12:9–10. Usted NUNCA verá restauración hasta que muestre contentamiento con sus pruebas.

Extraordinaria gracia

¿De dónde obtenemos la gracia que necesitamos para lograr salir de las pruebas? Mediante la humildad.

“Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: ‘Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes’” Santiago 4:6.

“Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” Lucas 18:14.

“Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia” Mateo 5:5.

“El altivo será humillado, pero el humilde será enaltecido” Proverbios 29:23.

Asumir nuestras debilidades, confesar nuestras faltas y ser humildes permitirá al Espíritu Santo habitar en nosotros. Entonces aprenderemos el contentamiento sin importar nuestras circunstancias. Una vez que estemos satisfechos, Dios nos puede dar lo que hemos estado buscando – ¡el regreso de nuestros esposos!

Aprendiendo contentamiento. Vemos que debemos aprender contentamiento mediante las circunstancias difíciles que Dios ha permitido. “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez” Filipenses 4:11–12.

Aprendiendo obediencia. Aún Jesús aprendió obediencia de Su sufrimiento. “Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer” Hebreos 5:8

Él nos perfeccionará. “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús” Filipenses1:6. Una vez que Él ha comenzado una buena obra en usted (su esposo o sus seres queridos), Él la completará. Y por favor, ¡no intente actuar como “espíritu santo el menor” con su esposo!

Debemos ser un consuelo para otros. No debemos solamente aceptar el consuelo de Dios— ¡es ordenado que demos consuelo a otros, sin importar la afl icción en la que estén! “Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren” 2 Corintios 1:3–4.

La disciplina de Nuestro Padre. Muchas veces nuestro sufrimiento es disciplina por desobedecer la ley de Dios. “’Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo.’ Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos… Dios lo hace para nuestro bien, a fi n de que participemos de su santidad” Hebreos 12:5–10. Cuando una prueba venga a su encuentro, pregúntese a sí misma “¿Está Dios disciplinándome, o está Él probándome para ver cómo voy a reaccionar?”

La disciplina es una bendición. Debemos seguir los ejemplos de los profetas de la Biblia para ayudar a otros a soportar la adversidad. “Hermanos, tomen como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas que hablaron en el nombre del Señor. En verdad, consideramos dichosos a los que perseveraron. Ustedes han oído hablar de la perseverancia de Job, y han visto lo que al fi nal le dio el Señor. Es que el Señor es muy compasivo y misericordioso” Santiago 5:10–11.

Recibir una bendición. Cuando alguien nos hace una maldad o cuando tira insultos, debemos soportarlos, sin regresarlos, para recibir nuestra bendición. Necesitamos recordar que los insultos y la maldad son traídos a nuestras vidas para darnos una “oportunidad” de recibir una bendición. 1 Pedro 3:9 dice “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; mas bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición” “¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! ‘No teman lo que ellos temen, ni se dejen asustar” 1 Pedro 3:14. Si usted continúa respondiendo con otro insulto o con otra maldad, no espere ser bendecida.

La disciplina puede traer tristeza. La disciplina nunca es causa de gozo cuando usted está en medio de ella. No obstante, aquellos que han sido entrenados por Su disciplina saben de las recompensas de la justicia — paz y un matrimonio restaurado. “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella” Hebreos 12:11.

Comienza con los cristianos. ¿Por qué debe el sufrimiento comenzar con los cristianos? Porque un cristiano pecador y desobediente nunca acercará a otros al Señor. De nuevo, es la “voluntad de Dios” que pasemos por sufrimiento. Necesitamos permitirnos a nosotros mismos el sufrimiento (usualmente en las manos de otros, aún de nuestros propios esposos) mediante el encomendar nuestras vidas a Dios. “Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y si comienza por nosotros, ¡cuál no será el fi n de los que se rebelan contra el evangelio de Dios! Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a su fi el Creador y sigan practicando el bien” 1 Pedro 4:17,19.

El poder de nuestra fe. Es nuestra fe la que abre la puerta a los milagros. Usted necesita creer que Él es capaz de restaurar su matrimonio, y no dudar, en su corazón. “Tengan fe en Dios, respondió Jesús. Les aseguro que si alguno le dice a este monte: ‘Quítate de ahí y tírate al mar’, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán” Marcos 11:22–24.

Dios en Su Palabra nos ha dicho que sufriremos. “Pues cuando estábamos con ustedes les advertimos que íbamos a padecer sufrimientos. Y así sucedió. Por eso, cuando ya no pude soportarlo más, mandé a Timoteo a indagar acerca de su fe, no fuera que el tentador los hubiera inducido a hacer lo malo y que nuestro trabajo hubiera sido en vano” 1 Tesalonicenses 3:4–5. Lo que ha sucedido en su matrimonio NO es una señal de que se ha terminado. Es lo que Dios usó para lograr su atención y es lo que ahora está usando para cambiarle a usted. ¡No se rinda! ¡No le permita a Satanás robar el milagro que Dios tiene para usted cuando haya soportado y prevalecido!

Con Dios. “Para los hombres es imposible—aclaró Jesús, mirándolos fi jamente—, mas para Dios todo es posible” Mateo. 19:26. “Para los hombres es imposible—aclaró Jesús, mirándolos fi jamente—, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible” Marcos 10:27. NADA (Ni una sola cosa) es imposible para Dios. Trabaje con Dios. No tenga su plan y espere que Dios lo bendiga. Usted debe trabajar “con Dios” Él no va a trabajar con usted.

Lo que usted dice. “… aferrémonos a la fe que profesamos” Hebreos 4:14. “Mas bien, honren en su corazón a Cristo como el Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto” 1 Pedro 3:15,16. “Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. Pero aún si nuestro Dios no lo hace así… ” Daniel 3:17,18. Necesitamos hablar lo que Dios dice en Su Palabra, sin vacilar, con esperanza en nuestros labios. Pero espere hasta que le pregunten. ¡Le van a preguntar si usted está llena del gozo del Señor en medio de la adversidad! Cuando le pregunten acerca de su esperanza con respecto a su matrimonio, asegúrese de responder a la otra persona con reverencia, respeto y amabilidad. ¡Nunca use la Escritura para discutir con alguien!

Note: Si quien le pregunta es su esposo, ¡recuerde que él será ganado “sin una palabra!”

Dispóngase a actuar con inteligencia y manténgase fi ja. “Por eso, dispónganse para actuar con inteligencia; tengan dominio propio; pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo” 1 Pedro 1:13. Dominio propio signifi ca con pensamiento claro. Sea clara en su mente acerca de lo que usted verdaderamente quiere para evitar las consecuencias de la indecisión.

Gócese. Debemos gozarnos en nuestras pruebas porque sabemos que ellas están produciendo constancia que nos hará capaces de terminar el curso marcado delante de nosotros. “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento” Santiago 1:2–6.

Esté preparada— ¡su fe será probada! Los miedos y las dudas vienen a la mente de todos; ¡solamente no los reciba! En lugar de eso, piense solamente en las cosas buenas. Si usted duda, usted tendrá problema creyendo y las pruebas serán más difíciles. Y recuerde, tendremos “diversas” pruebas, algunas grandes pruebas, y otras solamente molestias. Necesitamos agradecerle a Él por todas nuestras pruebas. Este es nuestro sacrifi cio de alabanza.

Alégrese. “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; mas bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fi n, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes” Filipenses 4:4–9.

Claramente la mayoría de las batallas son ganadas o perdidas en la mente. Siga el consejo del Señor para tener paz en medio de sus pruebas para ganar la victoria sobre ellas— ¡ALABE al Señor en medio de ellas! Gócese por lo que usted SABE que Él está haciendo. Luego piense en esto, hable de esto, escuche sólo esto. Muchas veces amigos cercanos lo llaman para decirle lo que su esposo está haciendo. Estos usualmente no son “buenas noticias” y la mayoría del tiempo no son amables, puras o rectas—¡así que no las escuche!

La fe NO se ve. A menudo mujeres me escriben porque ellas están buscando señales de mejoría en su matrimonio o en las actitudes de sus esposos hacia ellas. Usted debe recordar que la Escritura es muy clara—¡la fe no se ve! Cuando otros le pregunten acerca de su situación, contésteles con “¡Gloria a Dios, el Señor está obrando!”

“Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fi jamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno” 2 Corintios 4:16–18.

La fe… NO se ve. Cuando usted está experimentando lo que Pablo llama “afl icción ligera” aún eso puede estar rompiendo su corazón y ser MUY doloroso. Recuérdese a sí misma de esta muy importante verdad: ¡estas afl icciones son solamente momentáneas! Y estas mismas afl icciones no sólo son temporales, sino que ellas están produciendo algo maravilloso para usted—le están alistando para un nuevo y maravilloso matrimonio. Recuerde que el sufrimiento es temporal ¡pero los benefi cios durarán una eternidad! “Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que NO se ve” Hebreos 11:1.

Fe—no por vista. La mayoría de la gente comienza creyendo cuando “ellos comienzan a ver que algo sucede,” ¡pero esto no es fe! “Vivimos por fe, no por vista”. 2 Corintios 5:7.  Mirando nuestras circunstancias. Cuando Pedro miró a sus circunstancias, se hundió – y usted también se hundirá. “Ven, dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ¡Señor, sálvame! En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” Mateo 14:29–31.

Para nuestra prueba. Probablemente la lección más importante en nuestra postura hacia nuestras familias y nuestros matrimonios es el ser capaces de pasar nuestra prueba—la prueba de nuestra fe—en Su Palabra y no ser tambaleados por la emoción o las declaraciones falsas hechas por otros. “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada” Santiago 1:2–4. Cuando usted sea perfeccionada y su refinamiento sea completo, ¡ENTONCES usted verá a su marido de regreso en el hogar!

Probada por fuego. “Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele” 1 Pedro 1:6–7.

Muchos han fallado su prueba y han continuado caminando en el desierto como el pueblo de Israel lo hizo porque a ellos les faltaba fe. Ellos murmuraron y se quejaron, lo cual condujo a la rebeldía. La prueba de su fe, la cual es un corazón lleno de fe y contentamiento en sus presentes circunstancias, es más preciosa que el oro.

Mantenga la fe. No corra hacia otro plan cuando las cosas se están complicando; no arriesgue lo que ha comenzado a hacer. Se conoce a Satanás porque trae nuevas (y erróneas) soluciones a nuestras pruebas. El discernir y decidir quedarse en el camino correcto es la prueba que debemos continuar pasando. “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe” 2 Timoteo 4:7.

Pida a Dios que le dé otra mujer que esté dispuesta a apoyarla. Encuentre a alguien que le ayudará a mantenerse y a no doblarse en cuando a su compromiso. “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” Eclesiastés 4:9–12. Por cuanto un cordón de tres dobleces no es fácil de romper, trate de encontrar sólo otra mujer que creerá con usted, que le animará, que le mantendrá fi rme en la dirección de su fe. ¡Ella, junto con el Señor, es todo lo que necesita! Aquí hay algunos ejemplos encontrados en las Escrituras:

Moisés, Aarón y Jur. “Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella; luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo mantenerlos fi rmes hasta la puesta del sol” Éxodo 17:12. También vea Sadrac, Mesac y Abednego en el libro de Daniel capítulo 3. ¡¡Usted, sólo un amigo y el Señor son un PODEROSO cordón de tres dobleces!!

Pídale a Dios que lo guíe a través de TODAS las pruebas. “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal” Proverbios 3:5–7.

Llamémoslo para que nos fortalezca, acerquémonos a Él en el tiempo de necesidad. Permitámosle que nos discipline, nos pruebe, nos examine. Gocémonos siempre en todas las cosas, no sólo lo bueno, sino también los problemas que vienen a nuestro camino. Mantengamos la esperanza cerca de nuestros labios y pronta en nuestras mentes. ¡Que siempre recordemos que es Su voluntad que pasemos por tiempos difíciles y que sirven para bien!

• “Llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre” Hechos 5:41.

• “Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir” Proverbios 31:25.

• “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito” Romanos 8:28.

Compromiso personal: Considerar todo como gozo cuando me encuentro con diversas pruebas. “Basada en lo que he aprendido de la Palabra de Dios, me comprometo a permitir la prueba de mi fe para ayudarme a producir constancia. Y permitiré que la constancia tenga su perfecto resultado, que yo sea perfecta y completa, sin faltarme nada”

Por favor escriba un DIARIO con el SEÑOR sobre lo que está aprendiendo cada día por los próximos 30 Días para “Restaurar su Matrimonio”. 

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