Lea el Testimonio de matrimonio RESTAURADO de Lota,
"Restaurada tras pasar POR el Fuego!"
Este testimonio fue tomado de uno de nuestros muchos
palabra de su Testimonies libros
para ayudarle a
superar cualquier duda o el miedo en
la capacidad de Dios y el deseo de
restaurar su matrimonio!
Capítulo 2 "El Alfarero Y El Barro"
…nosotros barro,
y tú el que nos formaste;
así que obra de tus manos somos todos nosotros
—Isaías 64:8

Cuando estamos pasando por una crisis matrimonial es muy fácil enfocarnos en lo que nuestros maridos nos están haciendo. Sin embargo, mientras haga esto, tendrá conflicto y nunca llegará a la victoria. Nosotras aprenderemos que nuestros maridos no son el enemigo en el capítulo 8 “Ganado sin una palabra”.
Vamos a aprender en este capítulo que Dios muchas veces no está cambiando la conducta de nuestros esposos porque Dios está usando las cosas que nuestros esposos están haciendo como la rueda del Alfarero y Sus manos para moldearnos más a Su imagen. No obstante, nosotras nos quejamos porque preferiríamos que Él usara algo o a alguien más, menos a nuestros esposos y matrimonios como Su rueda, ¡Nos encontraremos vagando por la tierra del desierto por años!
¿Pelea con su Hacedor? “¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡El tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al alfarero: “Qué haces”? ¿O tu obra dirá: “Él no tiene manos”? (Isaías 45:9). Deje a Dios ser Dios. En lugar de quejarse acerca de “cómo” o “a quién” Él usa para instarnos hasta que finalmente buscamos a Dios para que nos cambie, ¡adore a Dios por Su fidelidad! Él ha determinado crear en usted un hermoso vaso listo para Su uso.
Pero usted no entiende. Muchas mujeres me dicen conforme intento consolarlas o animarlas que yo “¡simplemente no entiendo!” En muchas maneras yo sí entiendo, aunque tienen razón de que nadie sino Jesús realmente entiende. ¡Qué equivocación la suya! ¿Es acaso el alfarero igual que el barro, para que lo que está hecho diga a su hacedor: ‘Él no me hizo’; o lo que está formado diga al que lo formó: ‘Él no tiene entendimiento’? (Isaías 29:16). Hable con Él acerca de su situación y permítale que le de paz. Él sabe lo que es mejor para usted, así que trabaje junto a Él.
Usted está en Sus manos. “...Tal como el barro en manos del alfarero, así son ustedes en Mi mano...” (Jeremías 18:6). ¿No es un gran consuelo saber que está en las manos de Dios? Aunque su esposo pueda decirle que a él no le importa, o si la trata como si no le importara, a su Señor sí le importa usted. ¿A quién más necesita? La verdad es que a su esposo le importa.
La Receta de Dios
Dios tiene una receta para sanar una nación o una familia. Él dice que si “si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra” (2 Crónicas 7:14 NVI).
Dios nos dijo que si nos humilláramos, si oramos, si buscamos Su rostro (no Su mano) y nos apartamos de nuestros malos caminos, entonces Él nos escuchará, perdonará y sanará. En cambio, “andamos en el consejo de los impíos” (Salmo. 1:1) y “confiamos en la humanidade” (Jeremías 17:5), así que ahora sufrimos las consecuencias: ¡curación superficial! “Curan a la ligera el quebranto de la hija de Mi Pueblo” (Jeremías 8:11). “Y han curado la fragilidad de Mi pueblo superficialmente, diciendo: ‘Paz, paz’, pero no hay paz” (Jr. 6:14).
En cambio, debemos morir a nosotras mismas. “Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sinopara Aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15).
Sólo los humildes
Humíllese a sí misma. Las personas altivas y con deseos de satisfacer su voluntad propia no entienden la Palabra sin el Espíritu; para conocer la mente de Dios, ¡necesitamos humildad!
La humildad será probada. “… y te humilló y te puso a prueba para conocer lo que había en tu corazón y ver sicumplirías o no sus mandamientos” (Deuteronomio 8:2 NVI).
La humildad la salvará a usted. “Cuando estés abatido, hablarás con confianza y Él salvará al humilde” (Job 22:29).
La humildad fortalecerá su corazón. “Oh Señor, Tú has oído el deseo de los humildes; tú fortalecerás su corazón e inclinarás Tu oído...” (Salmos 10:17).
Sólo el humilde será exaltado. “Ha quitado a los poderosos de sus tronos; y ha exaltado a los humildes” (Lucas 1:52).
Sólo a los humildes se les dará la gracia que necesitan. “Pero Él da mayor gracia. Por eso dice: ‘DIOS RESISTE A LOS SOBERBIOS, PERO DA GRACIA A LOS HUMILDES’. Humíllense en la presencia del Señor y Él los exaltará” (Santiago 4:6,10).
La humildad tiene sus raíces en el Espíritu. “En conclusión, sean todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos, y de espíritu humilde” (1 Pedro 3:8). Sin embargo, la falsa humildad será manifestada como justicia propia.
Arrogancia espiritual. Más de la mitad de las mujeres que vienen a nuestro ministerio por ayuda para restaurar sus matrimonios exhiben arrogancia espiritual o justicia propia. Esto es a lo que yo me refiero como un espíritu fariseo. Damas, esto es muy peligroso. Esto impedirá que Dios se mueva en sus matrimonios hacia la restauración y es lo que realmente está alejando a sus maridos.
Dios me mostró, en Su Palabra, que Jesús era áspero, crítico y se oponía a solamente un grupo de individuos—¡los fariseos! ¡Y yo era uno de ellos! Hay tantas mujeres cristianas que fingen ser espirituales en el exterior pero son inmundas en el interior. Hay tantas mujeres que miran los pecados de sus maridos pero se olvidan de mirar la viga en sus propios ojos. Damas, ¡esa era yo! Yo veía a mi esposo, y su pecado de adulterio. Sin embargo, nadie podía ver mi contención, mi engaño, o mi arrogancia espiritual.
Otros me veían (y yo me veía a mí misma) como la “pobre víctima” quien había sido abandonada y a quien habían engañado. Pero yo, en mi justicia propia, estaba dispuesta a perdonar. Yo era quien estaba desesperadamente tratando de sostener unida a mi destruida familia. ¡Yo era la que estaba esperando, con los brazos abiertos, para perdonar a mi esposo, “el pecador”, cuando él recobrara el sentido, arrepintiéndose y regresando a la casa desde el campo lejano donde estaba! ¡¡Escriba, farisea, “sepulcro blanqueado”!!
Si usted se puede identificar con esta manera de pensar pecadora y orgullosa, yo fuertemente le quiero instar a que incline su cabeza delante de Dios y le pida que la limpie de toda esta actitud que no solamente inhibirá la restauración sino que además le pondrá a usted en oposición a una relación íntima y sincera con Dios.
¡Ore! Comience orando el Salmo 51:2-4: “Lávame por completo de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis transgresiones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra Ti, contra Ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de Tus ojos, de manera que eres justo cuando hablas, y sin reproche cuando juzgas”. Hay mucho más sobre la oración en los últimos dos capítulos de este libro.
Busca Mi rostro. “y se humilla Mi pueblo sobre el cual es invocado Mi nombre, y oran, buscan Mi rostro...” (2 Crónicas 7:14). “Busquen al Señor y Su fortaleza; busquen Su rostro continuamente” (1 Crónicas 16:11). “... busquen Mi rostro; en su angustia me buscarán con diligencia” (Oseas 5:15).
Estaban radiantes. “Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza” (Salmos 34:5 NVI). ¡Busca su rostro! Muchos buscan su mano (lo que puede hacer por mí). ¡Los que buscan el rostro de Dios heredarán todas las cosas!
Apártate de tus malos caminos. “y se humilla Mi pueblo sobre el cual es invocado Mi nombre, y oran, buscan Mi rostroy se vuelven de sus malos caminos...” (2 Crónicas 7:14). Las escrituras no son solo para la cabeza; son para el corazón y la voluntad. Para obtener el verdadero impacto de las Escrituras, debemos entregar nuestras vidas y nuestras voluntades a la dirección del Espíritu. Debemos estar dispuestas a ser renovadas. Debemos rendirnos a Él.
Obedecer es mejor que un sacrificio. “...Entiende, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grasa de los carneros. Porque la rebelión es como el pecado de adivinación, y la desobediencia, como la iniquidad e idolatría” (1 Samuel 15:22-23). “A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado” (Santiago 4:17).
Camine en el Espíritu
Camine en el Espíritu. Ser llena del Espíritu Santo le permitirá caminar en el Espíritu, no en el pecado o en los deseos de la carne. Pida a Dios que la llene con su Espíritu Santo ¡ahora mismo! “Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas” (Ezequiel 36:27). “Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne” (Gálatas 5:16). (Para obtener más información sobre cómo "llenarse del Espíritu Santo", vea o escuche la serie "Esté Animada". Una vez que esté "llena", ¡tendrá un poder que nunca antes tuvo para lograr la victoria de restauración!)
Ore. “y se humilla Mi pueblo sobre el cual es invocado Mi nombre, y oran…” (2 Crónicas 7:14). En un grupo de Compañerismo de Restauración, todas las mujeres cuyos esposos han estado con otra mujer (OM) oraron para que sus “vientres fueran cerrados” todos fueron cerrados, excepto uno. Dios usó a este hijo como la herramienta para restaurar a esa familia.
Siempre podemos confiar en que Dios hará que todo sea para nuestro bien si “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito” (Romanos 8:28).
¿Qué “condición” se necesita para ser escuchada?
Conforme sus deseos a Su voluntad. La promesa de Jesús está basada en esta condición: “Si permanecen en Mí, y Mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho” (Juan 15:7). Cuando su corazón descansa en Jesús solamente y su voluntad está centrada en Su voluntad, usted está verdaderamente haciéndolo a Él su Señor. Y saber Su voluntad es saber Su Palabra. Es Su voluntad que su matrimonio sea sanado. Él odia el divorcio y desea que seamos reconciliados; sin embargo, Él tiene condiciones.
La condición para cada bendición. Cada promesa dada por Dios tiene una condición para esa bendición. Muchos reclamarán una porción de la Escritura, pero al mismo tiempo omitirán las condiciones o las pasarán por alto.
Condición: “Cree en el Señor Jesús…
Promesa: ... y serás salvo, tú y toda tu casa” (Hebreos 16:31).
Condición: “Deléitate en el Señor…
Promesa: y él te concederá los deseos de tu corazón” (Salmos 37:4 NVI).
Condición: “Instruye al niño en el camino correcto…
Promesa: ...y aún en su vejez no lo abandonará” (Proverbios 22:6).
Condición: Primero para “los que aman a Dios…” y en segundo lugar a “los que son llamados conforme a Su propósito”.
Promesa: “…todas las cosas cooperan para bien...” (Romanos 8:28).
Sus lágrimas son preciosas para Él
¿Ante quién lloramos? Los hombres parecen odiar nuestras lágrimas. ¿Es acaso porque ellos no saben qué hacer cuando una mujer llora, o porque las mujeres han usado las lágrimas para manipularlos, tanto para que ellos se alejen? El hecho de que Dios es un Dios celoso y que aquellas lágrimas le pertenecen a Él puede ser la razón que explica la indiferencia de nuestros esposos, a veces, hacia nuestras lágrimas. “Entonces invocarás, y el Señor responderá; clamarás, y Él dirá: “Aquí estoy”’...” (Isaías 58:9). “No dejes de clamar al Señor nuestro Dios por nosotros…” (1 Samuel 7:8).
Esta victoria puede tomar más tiempo para ser manifestada en la carne: Esperamos las cosas que no se ven. Esto necesitará nuestra fe en Dios. Llore delante de Él solamente, ¡no delante de su esposo! ¡Sólo Dios tiene el poder de cambiar su situación!
Mis lágrimas. “Cansado estoy de mis gemidos; todas las noches inundo de llanto mi lecho, con mis lágrimas riego mi cama” (Sl. 6:6). “Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, mientras me dicen todo el día... (Salmos 42:3). “...Pon mis lágrimas en Tu frasco; ¿Acaso no están en Tu libro?” (Salmos 56:8). “Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo” (Salmos 126:5). “‘Aun ahora’, declara el Señor, ‘vuelvan a Mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento’” (Joel 2:12). Para encontrar un más grandioso caminar e intimidad con el Señor, visite nuestra página de internet temprano en la mañana para leer nuestro Devocional Diario que está escrito especialmente para aquellas en crisis matrimonial.
Lágrimas, clamor y gemidos. Debe encontrar y escribir las Escrituras que le ayuden a comprender la sinceridad y honestidad que se necesita sentir cuando clamamos a Dios (especialmente por la salvación de nuestros esposos o por un matrimonio en problemas o destrozado). Conforme usted las lea, marque aquéllas que mueven su corazón y memorícelas durante su tiempo de oración, de rodillas, delante del Señor. Debemos orar y clamar a Dios.
Compromiso personal: “Basada en lo que he aprendido de la Palabra de Dios, me comprometo a permitir a Dios que me cambie a través de cualquier medio o de cualquier persona que Él escoja. Yo enfocaré mi atención en cambiarme a mí misma en lugar de cambiar a mi esposo u otras personas a mi alrededor”.
Si está lista para comprometerse con DIOS a terminar el curso, AL HACER CLIC AQUÍ ha aceptado, y está lista para documentar este primer paso de su Viaje de Restauración en su formulario "Notas de mi viaje de restauración". Tómese su tiempo, siéntese, tome su café o té y vierta su corazón en su Diario.
Gracias porque se que si quiero restauración lo primero que tengo que hacer es entregarme a Dios por completo, no pensar en nada más, dejarle todo en las manos de el porque el es el único ser perfecto, que se haga la voluntad de Dios yo creo y confío en el.
gracias le doy a Dios por qué solo el es el que tiene el poder para cambiar a mí esposo y le ora para que se haga su voluntad y no la mía
Hola querida, amén! En efecto solo EL puede hacer posible lo imposible! 🙌 Te comparto este comentario a otra dama que será de sabiduría para futuros comentarios: https://esperanzaalfin.com/cursos/c2/dia-8-separada/#comment-397 También noté que te habiamos compartido la leccion de Nuevo Nombre en la respuesta a tu Cuestionario de Esperanza Matrimonial, como veo que usas tu nombre real, he seguido la “politica del buen samaritano” https://esperanzaalfin.com/cursos/c1/nn/ y con la guía de mi Esposo Celestial te hemos dado un nuevo nombre.