Lea el Testimonio de matrimonio RESTAURADO,
Más que feliz de estar contigo

Este testimonio fue tomado de uno de nuestros muchos
libros por palabra de sus Testimonios
para ayudarle a
superar cualquier duda o el miedo  en
la capacidad de Dios y el deseo de
restaurar su matrimonio!

Capítulo 7 "Amabilidad En Su Lengua"

Abre su boca con sabiduría,
y hay enseñanza de bondad en su lengua
—Proverbios 31:26

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Todas las personas miran cómo una mujer le habla a su esposo y a sus hijos. Cuando una mujer habla respetuosa y amablemente a su esposo y a sus hijos, ella muestra la principal característica de una “mujer piadosa”. Sin embargo, aquellas que son impacientes e irrespetuosas se revelan a sí mismas como cristianas débiles e inmaduras.

El discurso amable y gentil es uno de los ingredientes más importantes para un buen matrimonio y para hijos bien portados. La amabilidad es la característica principal de una “mujer piadosa”.

Hemos sido engañadas por “consejeros” y así llamados “expertos en matrimonio” que dicen que es la falta de comunicación la que causa que los matrimonios se destruyan. Investigando en las Escrituras, encontré que ¡Dios tiene mucho que decir al respecto de cuánto hablamos, qué decimos, y cómo lo decimos! Sígame para que juntas descubramos la verdad:

¡No es una “falta” de comunicación!

¡Debemos medir cuánto hablamos!

 Muchas palabras. No sólo es la falta de comunicación la que causa problemas en los matrimonios, sino que cuando hay mucha plática y discusión, ¡la trasgresión (una violación de la Palabra de Dios) no puede ni será evitada! “En las muchas palabras, la transgresión es inevitable...” (Proverbios 10:19).

Se mantiene callada. Otros nos dicen que debemos hablar lo que tenemos en mente y compartir lo que pensamos, pero Dios dice: “...pero el hombre prudente guarda silencio” (Proverbios 11:12). “El que guarda su boca, preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina en ruina” (Proverbios 13:3).

Cierra sus labios. En realidad, Dios dice que practicamos sabiduría y parecemos sabios cuando no decimos nada. “Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio, cuando cierra los labios, por prudente” (Proverbios 17:28). “Antes bien, sea el hablar de ustedes: “Sí, sí” o “No, no”; porque lo que es más de esto, procede del mal” (Mateo 5:37).

Sin una palabra. Dios habla directamente a la mujer para que se mantenga en silencio. “Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres al observar ellos su conducta casta y respetuosa” (1 Pedro 3:1–2). “Las mujeres guarden silencio en las iglesias” (1 Corintios 14:34).

Gentil y con espíritu apacible. Dios encuentra preciosa delante de Él a la mujer callada. ¿Ésa es usted? “...con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios” (1 Pedro 3:4). “Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, y evita las palabrerías vacías y profanas, y las objeciones de lo que falsamente se llama ciencia a cual profesándola algunos, se han desviado de la fe” (1 Timoteo 6:20-21).

Dios nos dice que seamos cuidadosas
con lo que decimos

 Guarda su boca. ¿Cuántas veces se ha metido en problemas por las palabras que ha dicho? “De la boca del justo brota sabiduría, pero la lengua perversa será cortada” (Proverbios 10:31). “Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana” (Proverbios 12:18). “El que refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias” Proverbios 21:23.

Lo que procede de la boca. Este enunciado es claro. ¡Lo que usted dice es muy importante! “Porque por tus palabrasserás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:37). “no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre” (Mateo 15:11). “…Pero ahora desechen también todo esto: ira, enojo, malicia, insultos, lenguaje ofensivo de su boca...” (Colosenses 3:8).

Atención a la Palabra. La Escritura describe dos tipos de esposas. ¿Cuál de ellas es usted? “La mujer virtuosa es corona de su marido, pero la que lo avergüenza es como podredumbre en sus huesos” (Proverbios 12:4). “El que atiende a la palabra, prospera” (Proverbios 16:20).

Elimine las cosas infantiles. ¿Ha madurado? ¿O todavía es una niña que dice cosas que lastiman a otros? Una de las más grandes mentiras que aprendimos como niñas fue “los palos y las piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras nunca me lastimarán”. Muchas de nosotras nunca nos hemos recuperado de algunas de las palabras que nos fueron dichas cuando éramos niñas. “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño” (1 Corintios 13:11).

¿No es hora de que crezcamos? ¡Deje de decir cosas que lastiman a su esposo, a sus hijos y sus relaciones con otros!

Labios honestos. ¿A quién no le gusta una palabra amable de parte de otra persona? “El agrado de los reyes son loslabios justos, y amado será el que hable lo recto” (Proverbios 16:13). “Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con su corazón al Señor...” (Efesios 5:19).

Deje las peleas. “El comienzo del pleito es como el soltar de las aguas; deja, pues, la riña antes de que empiece” (Proverbios 17:14). “Los labios del necio provocan riña, y su boca llama a los golpes” (Proverbios 18:6). Otra vez, el pelear y contender, ¡no es bueno para el matrimonio (o cualquier otra relación) aunque algunas personas le digan lo contrario!

Constantes rencillas. ¿Hay en su hogar fricciones constantes? “Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: ...pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, herejías, envidias...” (Gálatas 5:19-21). “Si alguien enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido y nada entiende, sino que tiene un interés corrompido en discusiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, y constantes rencillas entre hombres de mente depravada, que están privados de la verdad...” (1 Timoteo 6:3–5).

¡Pónganse de acuerdo rápido! Si usted tiende a pelear, memorice estos dos versículos. ¡Estos versículos me cambiaron totalmente! “…Ponte de acuerdo pronto con tu adversario mientras vas con él por el camino…” (Mateo 5:25). “Es honra para el hombre evitar las discusiones, pero cualquier necio se enredará en ellas” (Proverbios 20:3).

Dos de ustedes están de acuerdo. Usted debe intentar encontrar un área de acuerdo en lugar de un punto de discordia en todo lo que su esposo dice. Si usted no puede encontrar nada en lo que estén de acuerdo, ¡cállese y sonría! “Además les digo, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:19).

Quebranta el espíritu. ¡Proverbios también nos dice que lo que decimos puede quebrantar el espíritu de nuestros esposos! “La lengua apacible es árbol de vida pero la perversidad [definido como obstinado o determinado a no estar de acuerdo con los deseos de otra persona o aceptar sus sugerencias] en ella quebranta el espíritu” (Proverbios 15:4).

Guardo mi boca como con mordaza. Aquí hay un pensamiento sensato: “Aun antes de que haya palabra en mi boca, Oh Señor, Tú ya la sabes toda” (Salmo 139:4). “Yo dije: «Guardaré mis caminos para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca como con mordaza...»” (Salmo 39:1). Amordace su lengua. ¡El ayuno es la única forma de ser verdaderamente liberada de hablar demasiado! Créame, ¡usted está demasiado débil para hablar! ¡Es lo que funcionó para mí! ¡Solo hágalo, ayune!

Calumnia 

Su esposo confía plenamente en ella. Otra área con la que debemos ser cuidadosas en la manera como hablamos, lo cual puede resultar en la pérdida de la confianza de nuestros esposos, es cuando hablamos de ellos con otras personas. “En ella confía el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias” (Proverbios 31:11). Nunca debemos compartir las debilidades de nuestros esposos o decirle a otros algo que él nos dijo confidencialmente. “el chismoso separa a los mejores amigos” (Proverbios 16:28). Muchas mujeres comparten conmigo (y con cualquier otra persona que conocen y que les presentan) acerca del pecado de adulterio, alcohol, drogas o pornografía de su esposo. Yo me niego a escucharlas y las detengo en el primer momento. Déjeme preguntarle, “¿a cuántas personas les ha dicho?”

Confesar nuestros pecados. Durante la consejería o cuando hablamos con otros para obtener ayuda para nuestro matrimonio, todas cometemos el error fatal de confesar las faltas y pecados de nuestro esposo, por lo tanto, no conseguimos la limpieza y curación que necesitamos para que nuestro matrimonio sea restaurado. El versículo dice claramente: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1: 9 RVR 1960). De nuevo en Santiago 5:16 dice claramente: “Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho”.

¡Yo lo destruiré! “Destruiré [Dios] al que en secreto calumnia a su prójimo...” (Salmo 101:5). Muchas mujeres piensan que ellas están combatiendo constantemente al “enemigo” cuando de hecho es Dios quien está contra ellas. Si usted le ha dicho a otros acerca de su esposo, usted lo ha calumniado. Dios promete que Él traerá destrucción en su vida. Usted puede reprender al enemigo todo lo que usted quiera, pero la Escritura es clara. Usted debe arrepentirse y pedirle al Señor que remueva este pecado de su vida y luego hacer restitución yendo con todas las personas a quienes les dijo. Confiéseles sus propios pecados a ellos y luego comparta todas las cosas buenas que su esposo ha hecho (y está haciendo) por usted.

Un chismoso revela los secretos. Una de las trampas más comunes en las que las mujeres caen es el chisme por el teléfono, encubriéndolo como si estuvieran compartiendo “peticiones de oración” o “motivos de oración”. Deje de verse con mujeres chismosas. Haga como Dios ordena: “no te asocies con el chismoso” (Proverbios 20:19).

La calumnia sea apartada de usted. Otros pueden no darse cuenta de que usted es chismosa, pero Dios conoce su corazón. No se engañe a usted misma; usted no necesita saber los detalles de las peticiones de oración— ¡usted es una necia! “y el que esparce calumnia es un necio” (Proverbios 10:18). Todas nosotras debemos deshacernos de compartir peticiones de oración, lo cual no es más que calumnia. “Sea quitada de ustedes toda amargura, enojo, ira, gritos, insultos, así como toda malicia” (Efesios 4:31).

Puede descubrir conforme se deshace de esta forma de “compartir” que no tiene nada que decirle a sus amigas. ¡Eso también resultó en que yo adquirí nuevas amigas! Si resiste la tentación de caer en sus viejos caminos, Dios será fiel para enseñarle a edificar en lugar de avergonzar a su esposo. “La mujer virtuosa es corona de su marido, pero la que lo avergüenza es como podredumbre en sus huesos” (Proverbios 12:4). Comencemos, en lugar de eso, a “...hablen entre ustedes con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con su corazón al Señor” (Efesios 5:19).

Dulzura en su forma de hablar. Si usted ha avergonzado a su esposo con lo que le ha dicho a él o ha dicho de él, o con su actitud, Dios es tan fiel que ofreció la cura: “El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos” (Proverbios 17:22). “Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos” (Proverbios 16:24). “la dulzura de palabras aumenta la persuasión” (Proverbios 16:21).

¡Dios ve! Lo que la Palabra de Dios nos dice que hagamos es medir cuánto hablamos, ganar a nuestros maridos sin una palabra y después quitarnos del camino de nuestros esposos. Dios es también firme acerca de la actitud detrás de nuestras acciones, por cuanto éstas muestran nuestro corazón. “pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón” (1 Samuel 16:7). La actitud de una mujer piadosa es de respeto hacia su esposo, el cual es el resultado de un corazón puro.

Respetuosa

 Se nos dice que el respeto es algo que nosotras deberíamos demandar de otros. Se nos dice que deberíamos tener respeto por nosotras mismas. Para aprender el verdadero significado del respeto, busquemos un más profundo entendimiento. Nuestros esposos serán ganados “por la conducta de sus mujeres… al observar ellos su conducta casta y respetuosa” (1 Pedro 3:1-2). La palabra respeto está definida en el diccionario como: “una estima o consideración especial que uno tiene hacia otra persona” ¡no es lo que nosotras demandamos para nosotras mismas!

De acuerdo con el diccionario, respeto(uoso) significa tener admiración, consideración; estimar, honrar, reverenciar, admirar, apreciar, notar, valorar, atesorar. Algunos antónimos (lo opuesto) son desprecio, culpa, y censura. Vamos a estudiar las palabras en negritas a mayor profundidad.

Consideración: atención hacia otros. Hebreos nos dice que necesitamos animar a nuestros esposos y a otros. Mediante nuestras acciones, podemos estimularlos al amor y a las buenas obras también. “Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras” (Hebreos 10:24). Por lo tanto, cuando somos desconsideradas, ¡motivamos a nuestros esposos e hijos a despreciarnos y a hacer el mal!

Las obras de la carne. Usamos los pecados de nuestros esposos para excusar nuestra falta de respeto por ellos. Aquí hay una lista de pecados mencionados en Gálatas. Conforme los lea, por favor tome un momento para subrayar aquellos pecados que son usualmente cometidos por hombres, los que nosotros en la iglesia llamamos pecados “reales”.

“Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades [hostilidad], pleitos [contiendas] celos, enojos, rivalidades, disensiones [opiniones diferentes], herejías, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19–21).

Ahora regrése y encierre en un círculo los pecados que tendemos a ignorar en la iglesia, aquellos que son usualmente cometidos por mujeres. Para excusar su falta de respeto, basada en los pecados de su esposo, ¡obviamente usted se basa en la ignorancia de excusar su propia pecaminosidad delante del Espíritu Santo! ¡Estamos claramente llenas de pecado, el cual Dios dice que “se conoce bien!”

Mirándose a sí misma. Muchas personas sienten que es su responsabilidad castigar a quienes pecan, especialmente a sus esposos. La Escritura nos dice algo totalmente diferente y nos enseña las consecuencias de estas acciones orgullosas. No olvidemos la viga en nuestro propio ojo. Recuerde que todos los pecados son iguales delante de Dios.

De nuevo, no permita que Satanás la engañe para que piense que los pecados de su esposo son peores que los suyos “Hermanos, aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo en un espíritu de mansedumbre (o consideración en KJV), mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo. Porque si alguien se cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo” (Gálatas 6:1–3).

Estima: alta consideración por otros. La psicología y los psicólogos cristianos han tomado el mandamiento de Dios “considerando a otros como superiores a sí mismos” y lo han volteado para enseñarnos que debemos edificarnos a nosotros mismos, antes que a otros. Lea este pasaje completo para permitir que la verdad la haga libre de la autoestima y el orgullo, el cual está destruyéndole a usted y a su matrimonio:

“No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres” (Filipenses 2:3–7).

Aprecie a aquellos que estén a cargo de usted. Su esposo está a cargo de usted. ¿Hizo usted su trabajo más fácil o más difícil? “...Hermanos, les pedimos que sean considerados con los que trabajan arduamente entre ustedes, y los guían... Ténganlos en alta estima, y ámenlos por el trabajo que hacen. Vivan en paz unos con otros.” (1 Tesalonicenses 5:12-13 NVI).

Honor: Considerar altamente. Debemos considerar a nuestros esposos dignos de honor, honor que ya deberíamos estarles mostrando. “Todos los que están bajo yugo como esclavos, consideren a sus propios amos como dignos de todo honor, para que el nombre de Dios y nuestra doctrina no sean blasfemados” (1 Timoteo 6:1).

Dios no puede ser deshonrado. Recuerde que al mostrar honor a su esposo, sin importar si sus acciones merecen honor o no, ¡usted trae gloria a Dios! Y no sólo cuando su esposo está cerca, sino en todo momento cuando habla de él y en sus pensamientos sobre él. La consecuencia de no mostrar esta clase de respeto es el deshonrar a Dios y Su Palabra. Decimos que somos cristianas, ¡pero nuestros “hechos lo niegan!” (vea Tito 1:16). En cambio nosotras somos “…A que sean prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada” (Tito 2:5). “Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor” Efesios 5:22.

Con penosos trabajos. “Entonces el Señor dijo a Adán: «Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él” Maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida” (Génesis 3:17-18). Después de la caída del hombre, tanto al hombre como a la mujer les fueron dados castigos; la mujer tendría dolor al dar a luz y el hombre sufriría penosos trabajos para trabajar la tierra. ¿Así que por qué el castigo del hombre es compartido hoy en día tanto para el hombre como para la mujer? ¿Por qué nos creímos esta mentira? Por orgullo.

Una mujer llena de orgullo no quiere que le digan qué hacer o cómo debe gastar el dinero. Si ella trabaja y gana su propio dinero, ¡entonces ella puede tomar sus propias decisiones acerca de cómo debe gastar su dinero! Podemos fácilmente deslizarnos de estar bajo la autoridad de nuestros esposos y finalmente de su protección también.

Adicionalmente, cuando las esposas tienen una carrera diferente a la de encargarse de la casa y criar a los hijos, eso divide los intereses de la pareja y los hace independientes el uno del otro. Dios nos lo advierte cuando dice que ¡una casa dividida no podrá estar en pie! ¿Su trabajo o carrera ha destruido su matrimonio? (Vea “La marcha de su hogar” en Una mujer sabia)

Concederle honor a ella. Todas las mujeres anhelan que sus maridos las traten como dice el siguiente versículo: “Ustedes, maridos, igualmente, convivan de manera comprensiva con sus mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor por ser heredera como ustedes de la gracia de la vida, para que sus oraciones no sean estorbadas” (1 Pedro 3:7). El esforzarnos a ser calladas y gentiles, y a honrar a nuestros esposos en una forma casta y respetuosa, especialmente cuando ellos puedan estar viviendo de manera no honorable, ¡hará que podamos recibir la bendición de tener el honor de nuestros esposos al verlos regresar al hogar!

Aquí hay algunas guías espirituales de cómo recibir el honor:

Siendo bondadosas. “La mujer agraciada alcanza honra” (Proverbios 11:16). Responda bondadosamente a lo que le digan, ¡siempre y con toda la gente! ¡Nunca presione o reaccione exageradamente! Recuerde, usted es la hija del Rey, ¡compórtese como la realeza! Ellos nunca muestran emociones ni rompen en arranques de furia. Piense en la princesa Diana, quien estuvo experimentando toda clase de terrible dolor marital, pero usted nunca la vio tener un ataque o hacer una escena.

Teniendo humildad. “La humildad precede a la honra” (Proverbios 15:33 NVI).

Siendo humilde. “A los honores los precede la humildad” (Proverbios 18:12 NVI).

Reverencia: un sentimiento de gran respeto, amor, temor reverencial y estima; temer. Muchas mujeres no respetan o muestran reverencia hacia sus esposos. ¿Cómo podemos como mujeres cristianas ignorar las Escrituras? “En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido” (Efesios 5:33).

Apreciar: dar reconocimiento favorable; atesorar, gozar, valorar, entender; atesorar (especialmente en los votos del matrimonio), tener cuidado amoroso, mantener vivo (emocionalmente). Hablamos acerca de hacer cosas desde el corazón. Si su esposo no es uno de sus tesoros, entonces su corazón no está con él. “porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mateo 6:21).

Algunas veces cuando perdemos algo o lo cambiamos temporalmente de lugar y no lo encontramos, nosotras nos damos cuenta de lo importante que es para nosotras. ¿Fue necesario para usted el perder a su esposo para darse cuenta de lo que tenía? ¡Yo sé que para mí fue necesario!

¿Como puede ayudar a sanar a su esposo espiritual y emocionalmente? Hable dulce y gentilmente a su esposo cuando el Señor le dé la oportunidad de hablar con él. “La lengua apacible es árbol de vida, pero la perversidad en ella quebranta el espíritu” (Proverbios 15:4).

Esta bendición puede ser suya. “Todos los días del afligido son malos, pero el de corazón alegre tiene un banquete continuo” (Proverbios 15:15). Si su corazón está animado, usted atraerá a su esposo de regreso al hogar, ya que se fué para buscar la felicidad. Cuando él deje el lugar donde está viviendo ahora, ¿encontrará alegría en su propia casa com usted y sus hijos?

Aquí está un peligro. Tenga cuidado con lo que dice acerca de su esposo. La vergüenza es un cáncer emocional. “La mujer virtuosa es corona de su marido, pero la que lo avergüenza es como podredumbre en sus huesos” (Proverbios 12:4). La putrefacción está definida como la pudrición de la caries; pudrición como la que generan las lombrices que comen. “Pero al final (la ramera) es amarga como el ajenjo, aguda como espada de dos filos” Proverbios 5:4.

Una buena palabra. Nunca hable con su esposo acerca de sus problemas, miedos o ansiedades con respecto a sus pecados (adulterio, abuso, alcohol o drogas), acerca de sus finanzas o acerca del divorcio inminente, por cuanto “la ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, pero la buena palabra lo alegra” (Proverbios 12:25). Cuando su esposo casualmente le hable a usted, él debe irse sintiéndose alegre, no confrontado u oprimido.

Trae sanidad. Su lengua puede tener dos efectos opuestos; ¿cuál escogerá? “Hay quien habla sin tino como golpes de espada, pero la lengua de los sabios sana” (Proverbios 12:18).

Un corazón gozoso. Tenga un corazón gozoso y feliz. “El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos” (Proverbios 17:22).

Rostro alegre. Permita que su rostro muestre el gozo que hay en su corazón. “El corazón gozoso alegra el rostro, pero en la tristeza del corazón se quebranta el espíritu” (Proverbios 15:13). Aprendemos más acerca de estar gozosos y alegres. Alegre: contento, gozoso, regocijado. Gozoso: (ser) una buena mujer, placentera, preciosa, dulce, agradecida,agradable.

Gócese siempre. En nuestras circunstancias parece imposible ser feliz. ¿Cómo puedo estar feliz o gozosa? “Regocíjenseen el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense!” (Filipenses 4:4). Y ¿cuando nos debemos gozar? “Estén siempre gozosos” (1 Tesalonicenses 5:16). Es en Él en quien nos gozamos. Esta es el arma más poderosa en nuestra batalla espiritual —¡¡el alabar al Señor cuando la adversidad viene contra nuestra!!

¿Es usted capaz de hacer algo sin murmurar o quejarse? ¿Se queja, gime o murmura continuamente acerca de su situación delante de otros o de su esposo? Si así es, ¡usted no es agradecida! “Hagan todas las cosas sin murmuracionesni discusiones” (Filipenses 2:14).

¿Ha aprendido el secreto? Nosotras podemos pensar que en nuestras circunstancias tenemos razón para refunfuñar. En lugar de eso, debemos aprender a tener contentamiento. “…he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad” (Filipenses 4:11–12).

Antonimos de respeto son desprecio,
culpa y/o censura

 ¿Desprecia a su esposo? ¿Lo culpa por errores pasados? ¿Lo censura acerca de a dónde fue o qué dijo? Ahora es el tiempo de renovar su mente. Lea y vuelva a leer este capítulo hasta que haya gastado las páginas y haya roto el empastado. Haga tarjetas de 3X5” para cada versículo de la Escritura que le trajo convicción a su espíritu. Manténgalas con usted en su bolso de mano y léalas a lo largo del día. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).

En conclusión. Esforcémonos todas primeramente por parecer sabias al guardar silencio. Luego asegurémonos que cuando abramos nuestras bocas sea con sabiduría, amabilidad, respeto y edificación. Que nuestras palabras sean dulces y gentiles. Que seamos la corona de nuestros esposos por la manera en que manejamos esta adversidad en nuestras vidas, ¡que será preciosa ante los ojos del Señor!

Compromiso personal: abrir mi boca con sabiduría y amabilidad. “Basada en lo que he aprendido de la Palabra de Dios, me comprometo a guardar silencio, a esperar antes de contestar y a ser dulce en cada una de mis palabras. También me comprometo a demostrar una actitud respetuosa hacia mi esposo por el ejemplo que esto representa para otros y el honor que da a Dios y a Su Palabra”.

Si está lista para comprometerse con DIOS a terminar el curso, AL HACER CLIC AQUÍ ha aceptado, y está lista para documentar este primer paso de su Viaje de Restauración en su formulario "Notas de mi viaje de restauración". Tómese su tiempo, siéntese, tome su café o té y vierta su corazón en su Diario.

3 thoughts on “Día 9 Capítulo 7 “AMABILIDAD EN SU LENGUA””

  1. Maravilloso este capítulo, bondad en su boca, he leído en otras ocasiones y cada vez que lo hago mi mente es renovada, y puedo ver como mujeres hemos violado todo esto, pero gracias a Dios que puedo renovar mi mente y mi amado me deja otra oportunidad para honrarlo a Él ahora.

  2. comprometerme con Dios a cambiar y ser otra mujer para cuando tenga la oportunidad de hablar co mi esposopoderle pedir perdon y disculpa solo Dios sabe cuando llegara ese día

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