Lea el Testimonio de matrimonio RESTAURADO de una lectora en Brasil,
"Lo busqué incansablemente"
Este testimonio fue tomado de uno de nuestros muchos
palabra de su Testimonies libros
para ayudarle a
superar cualquier duda o el miedo en
la capacidad de Dios y el deseo de
restaurar su matrimonio!
Capítulo 16 "Las Llaves del Cielo"
“Te daré las llaves
del reino de los cielos… ”
Mateo 16:19
Jesús nos dio las llaves del cielo para “atar” el mal y “desatar” el bien. “Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo” Mateo 16:19.
Remueva el mal. Encuentre un versículo concerniente a lo que usted quiere remover. Usted primer debe atar al “hombre fuerte,” que es el espíritu que tiene atado a la persona por quien está orando. Busque un versículo que pueda orar. “Ahora bien, nadie puede entrar en la casa de alguien fuerte… a menos que primero lo ate” Marcos 3:27.
Reemplace el mal con el bien. ¡Esto es muy importante! “Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí.’ Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí” Lucas 11:24–26.
Si usted no reemplaza. Si usted no reemplaza en lugar de lo que ha removido, se volverá peor que cuando usted oró primero. Usted siempre debe reemplazar algo malo con algo bueno. Esta es la razón por la que muchos que se someten a dietas en realidad terminan más gordos. Los expertos dicen que ellos dejan de comer todo lo malo, o intentar no comer en absoluto. Pero ellos nunca lo reemplazan con algo bueno, como oración, caminar, ejercicio o comer algo que es bueno para ellos. Otro ejemplo podría ser cuando alguien tiene una cara muy grasosa. Ella se talla con jabón y tal vez pone alcohol para secar el aceite. ¡Después de unas cuantas horas está más grasosa que nunca! Los dermatólogos dicen que usted tiene que reemplazar el aceite que removió por una pequeña porción de crema.
Reemplace las mentiras con la verdad. La verdad sólo se encuentra en Su Palabra. A no ser que lo que usted oiga, lea, o lo que alguien le diga concuerde con un principio de la Palabra de Dios, lo demás ¡ES UNA MENTIRA!
REEMPLACE EL “BRAZO DE LA CARNE” POR “EL SEÑOR”
Reemplace el confi ar en el “brazo de la carne” (usted, un amigo, quien sea) por confi anza en el Señor. “Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor” Efesios 6:10.
¡Reemplace el huir por el correr hacia Él! “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia” Samo 46:1. ¡Corra al libro de los Salmos! Lea los Salmos (y Proverbios) todos los días. Lea los Salmos que corresponden al día del mes más 30 hasta el fi nal del mes, luego lea el correspondiente Proverbio (por ejemplo, en el día 5 del mes usted leería Salmo 5, 35, 65, 95, 125 y Proverbios 5). Una manera fácil de recordar el próximo Salmo es escribiendo qual sigue al fi nal del Salmo corriente (por ejemplo, al fi nal del Salmo 6 usted escribiría 36, al fi nal del 36 usted escribiría 66. Cundo llegue al 126 usted escribiría Proverbios 6). Por cuanto el Salmo 119 es demasiado largo, está reservado para el día 31 del mes.
Como recuerdo de nuestra Asociación de Restauración, usted podría ir a nuestro Devocional Diario en nuestra página de internet. ¡Vaya a www.RestoreMinistries.net para unírsenos!
¡Reemplace el clamor a otras personas con el clamor a Él! ¡Él promete escucharla y levantarla inmediatamente! Pero usted debe clamar. No se diga a sí misma: “Bueno, Dios no me ha ayudado en el pasado” Si Él no le ayudó, es simplemente porque usted no lo pidió. “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán” Mateo 7:7.
Preparándonos para la Guerra
Póngase su armadura diariamente como se describe en Efesios 6:10–18.
Los planes del diablo. “Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo” Efesios 6:10–11. Recuerde quién es el verdadero enemigo: Satanás, no su esposo.
Toda la armadura de Dios. “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fi n con firmeza” Efesios 6:12–13. Usted debe resistir el miedo que causa que huya o se rinda; manténgase firme y, habiendo hecho todo, continúe manteniéndose. Salmo 37 es una buena opción para orar cuando esté plagada de miedo.
Manténgase fi rme. “Manténganse fi rmes, ceñidos con el cinturón de la verdad… ” Efesios 6:14. La gente habla de “dar pasos de fe” ¡Puede ser mejor detenerse y sólo mantenerse fi rme! Puede que sea la diferencia entre confi ar en Dios y tentar a Dios. Algunas veces sentimos como que estamos tomando “pasos de fe,” pero en realidad nos estamos lanzando a nosotros mismos a un precipicio, como Satanás le dijo a Jesús que hiciera.
Muchas veces no debemos estar tomando “pasos” de fe sino “mantenernos” en fe. Nuestras convicciones nos deben permitir “mantenernos” fi rmes en lo que es correcto. Si nos movemos, podríamos caer a un precipicio. Si Dios trae adversidad a nuestra vida, nuestra posición será nuestro testimonio. No obstante, como usted verá más adelante en esta lección, algunas veces se nos pide que demos pasos y caminemos en el agua, como a Pedro se le pidió. El discernimiento es necesario aquí. Una regla que nos puede ayudar es el grado de urgencia. Usualmente su “carne” siente urgencia; Dios usualmente dice que esperemos.
Su justicia. “… protegidos por la coraza de justicia… ” Efesios 6:14. Dios está hablando de Su justicia, no la de usted. Él nos dice en Su Palabra que nuestra justicia no es sino “trapos de inmundicia” (Isaías 64:6).
Camine en paz. “…y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz” Efesios 6:15. Usted puede reclamar la promesa en Mateo: “Dichosos los que trabajan por la paz!” 5:9. ¡Mantenga la paz con TODOS en TODO tiempo!
El escudo de la fe. “Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las fl echas encendidas del maligno” Efesios 6:16. Usted debe tener fe—no en usted mismo o en alguien más como un refugio o un juez—fe en Dios, ¡solamente en Él! Las circunstancias no tienen nada que ver con la fe. Crea en Su Palabra solamente para la verdad acerca de su situación.
El casco de la salvación. “Tomen el casco de la salvación…” Efeisos 6:17. Usted debe ser salvo; usted debe ser uno de Sus hijos para realmente ganar una batalla espiritual. Es tan fácil como hablar con Dios ahora mismo. Sólo dígale en sus propias palabras que usted lo necesita, ahora. Pídale que se haga real para usted. Dele su vida a Él, la vida que está arruinada, y pídale al Señor que la haga nueva.
Dígale que usted hará lo que Él le pida, por cuanto Él ahora es su Señor. Pídale que lo “salve” de su situación y de la eternidad que está esperando a quienes no aceptan Su regalo de vida eterna. Dele gracias por Su muerte en la cruz, la muerte que Él sufrió por usted. Usted ahora puede creer que usted ya no vive sola; Dios siempre estará con usted y usted pasará su eternidad en el Cielo.
La espada del Espíritu. “Tomen… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” Efesios 6:17. Esto es exactamente lo que hemos estado enseñando: use Su Palabra para la batalla que será ganada. Cuando la batalla es del Señor, ¡la victoria es nuestra! Escriba en tarjetas de 3X5 las Escrituras que necesita para ayudarle en su batalla. Manténgalas con usted todo el tiempo en su bolsa de mano. Cuando usted sienta que el ataque viene, como el miedo, lea los versículos que se refi eren al miedo. (Vea Romanos 8:15 y Salmo 23 para encontrar versículos maravillosos para atacar el miedo.) Clame a Dios. Esté fi rme en la fe. “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios” Salmo 46:10.
Ore todo el tiempo “Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos” Efesios 6:18. Ore desde lo profundo de su espíritu. Tenga tiempos designados para oración tres veces al día (como Daniel lo hacía). Esa fue una de las razones por las que fue arrojado en el pozo de los leones. No se preocupe, pero recuerde que aún si usted está en esencia dentro de un pozo de leones, ¡Dios cerrará las bocas de los leones!
Manténgase alerta. “Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos” Efesios 6:18. Ore por otra persona que usted conozca cada vez que el miedo la sobrecoge. “Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” Después de que haya orado por alguien, llámelo y dígale.
Ore por los que la persiguen. Dios también pidió que oráramos por alguien más: nuestros enemigos, cada uno de ellos. Ore por ellos y pídale a Dios que le muestre lo que Él quiere que usted haga para bendecirlos. No fue sino después de que Job oró por sus así llamados “amigos” que Dios restauró lo que Job había perdido: “Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía” Job. 42:10. “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo” Mateo 5:44–45.
Conozca la Palabra de Dios
Su Palabra no vuelve vacía. Usted debe conocer y aprender la Palabra de Dios. Usted necesita decidirse a buscar las promesas de bendición de Dios. Estos principios provienen de Su Palabra y cuando nosotros hablamos Su Palabra en oración a Él, no volverá vacía.
¡Esta es Su promesa para usted! “Así es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos” Isaías 55:11. Su deseo es que usted venza el mal de este mundo. Usted debe hacer lo que está garantizado por Dios mismo. No acepte imitaciones ni falsificaciones.
Busque sus Principios a lo largo de la Biblia. Busque entendimiento. Dios dice que si usted busca, usted encontrará. La Palabra de Dios da sabiduría. El buscar más profundamente el significado le da a usted un mejor entendimiento. “Así que les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta” Lucas 11:9. Y una vez que usted sepa lo que debe hacer, entonces usted puede aplicarlo a su vida. “Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos. Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros” Proverbios 24:3–4.
Lea Su Palabra con deleite. Marque los versículos en su Biblia. “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón” Salmo 37:4. Tome el tiempo para marcar los versículos para tener más rápidas referencias en tiempos de angustia (o cuando lo necesite para compartir con otros la verdad). En Lucas 4:4–10, ¿qué fue lo que Jesús respondió cuando Satanás estaba intentando tentarlo? “Jesús le respondió: ‘Escrito está… , escrito está… , también está escrito… ’”. Use un marcador amarillo o de específi cos colores claros para diferentes promesas.
Memorice. Medite día y noche Memorice las promesas que usted encuentre para que la seguridad de la bendición de ellas se hunda en su corazón. Usted debe aprender y conocer las promesas de Dios si usted quiere depender de Él solamente. “Sino que en la ley del Señor se deleita, y de día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!” Salmo 1:2–3.
No importa cuán mal se vean las cosas, Dios está en control. Nuestro consuelo está en saber que Dios está en control, no nosotros y ciertamente tampoco Satanás. “Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo. Pero yo orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos” Lucas 22:31–32.
Zarandear. Jesús sabía el resultado, aunque Pedro de todas maneras tenía que pasar por el ser “zarandeado” para estar listo para el llamado de Dios en su vida. ¿Estará usted lista cuando Él la llame? “Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada” Santiago 1:4.
Guerra Espiritual
Lleve sus pensamientos cautivos. Su batalla SERÁ ganada o perdida en su mente. “Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. Y estamos dispuestos a castigar cualquier acto de desobediencia una vez que yo pueda contar con la completa obediencia de ustedes” 2 Corintios 10:5–6. No se arriesgue a ser atrapado por las manos del enemigo por estar jugando. No dé lugar a los pensamientos del mal. ¡Llévelos cautivos!
El Poder de Tres
Dos o tres congregados juntos. Encuentre a otras dos MUJERES para que oren por usted. “Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella; luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo mantenerlos fi rmes hasta la puesta del sol. Fue así como Josué derrotó al ejército amalecita a fi lo de espada” Éxodo 17:12–13.
Encuentre a otras dos mujeres para sostenerle para que usted no se canse demasiado. Ore y pídale a Dios ayuda para encontrar a otras dos personas que piensan igual que usted a este respecto. Usted puede encontrar una Compañera de Ánimo en nuestra página de internet.
El poder de tres. “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!” Eclesiastés 4:12.
Para levantar a la otra. “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!” Eclesiastes 4:9–10.
Él está ahí con usted. “Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” Mateo 18:20. “En ese momento Nabucodonosor se puso de pie, y sorprendido les preguntó a sus consejeros: —¿Acaso no eran tres los hombres que atamos y arrojamos al fuego? —Así es, Su Majestad –le respondieron.—¡Pues miren!—exclamó—. Allí en el fuego veo a cuatro hombres, sin ataduras y sin daño alguno, ¡y el cuarto tiene la apariencia de un dios!” Daniel 3:24–25. ¡Usted nunca está sola!
Acuerdo. “Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo” Mateo 18:19. Cuando usted esté debatiéndose sin paz acerca de algo, llame a alguien que esté creyendo y orando con usted en acuerdo.
Que se interponga en la brecha. “Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo, y saque la cara por él para que yo no lo destruya. ¡Y no lo he hallado!” Ezequiel 22:30.
Ore el uno por el otro. “Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz” Santiago 5:16. También, la confesión con una mujer que piense de la misma manera es la mejor manera de obtener un corazón puro.
Haga su confesión. Esdras sabía qué hacer cuando oraba: “Mientras Esdras oraba y hacía esta confesión llorando y postrándose delante del templo de Dios… ” Esdras. 10:1. Manténgase confesando la verdad.
¿Cuándo se rinde de orar? ¡Nunca! Tenemos un maravilloso ejemplo del hecho de que Dios no siempre quiere decir “no” cuando no tenemos una oración contestada.
Grande es su fe. La mujer cananea continuó rogándole a Jesús para que sanara a su hija. El resultado: “¡Mujer, qué grande es tu fe! —contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese momento quedó sana su hija” Mateo 15:28. Cuando oramos por algo que claramente está en la voluntad de Dios y parece que no hemos sido escuchados o que Él ha dicho lo que nosotros pensamos que es un “no,” ¡Dios puede simplemente querer tenernos pidiendo, esperando, rogando, ayunando, creyendo, derramando lágrimas y postrándonos delante de Él!
La batalla por su alma. ¿Está usted unida en yugo desigual? ¡La verdadera batalla en su hogar es la batalla por el alma de su esposo! ¿Está usted unida en yugo desigual? Recuerde que usted tiene la promesa: “… serán salvos tú y toda tu familia” Hechos 11:14. Recuerde, un esposo es santificado a través de su esposa. “Porque el esposo no creyente ha sido santificado por la unión con su esposa… ¿Cómo sabes tú, mujer, si acaso salvarás a tu esposo?” 1 Corintios 7:14, 16.
Oración y ayuno
Oración y ayuno. Jesús le dijo a sus apóstoles: “Pero este género no sale sino con oración y ayuno” Mateo 17:21 (VRV). Si usted ha estado orando fervientemente y ha verifi cado que sus caminos son puros, entonces tal vez sea necesario que ayune. Hay diferente duración de ayunos:
Ayuno de tres días. Esther ayunó “pidiendo favor” de parte de su esposo el rey. Ella ayunó tres días “pidiendo favor” “Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes” Ester 4:16. Este ayuno (o el de 7 días) tiene otro benefi cio para quienes son contenciosas o que no pueden dejar de hablar. ¡Usted estará demasiado débil para pelear!
Ayuno de día. El ayuno de día comienza en la tarde después de su cena. Usted toma sólo agua hasta que el periodo de 24 horas es completado, y entonces come la cena del siguiente día. Usted ora y ayuna durante este tiempo por su petición. Este ayuno puede ser hecho un par de veces por semana.
Ayuno de siete días. Hay un ayuno de 7 días (siete días parece representar cumplimiento). “Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo” Nehemías 1:4. Usualmente será durante una gran pena que usted será “llamada” a ayunar por siete días.
Mis rodillas están débiles por ayunar. Cuando usted esté hambrienta, o débil, use ese tiempo para orar y leer Su Palabra. “De tanto ayunar me tiemblan las rodillas; la piel se me pega a los huesos” Salmo 109:24.
Para ser visto. Manténgase tan callada al respecto de su ayuno como le sea posible. Durante el ayuno, usted debe estar callada, nunca quejándose o atrayendo la atención hacia usted. “Cuando ayunen, no pongan cara triste como lo hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino sólo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará” Mateo 6:16–18.
Muchas me escriben porque dicen que ellas no pueden ayunar. Si es por razones médicas o por embarazo, entonces ayune “toda cosa buena” Si, no obstante, usted piensa que no puede ayunar porque está trabajando —¡está robando a usted y a Dios!
Cuando la batalla ha sido ganada, párese y vea. Una vez que usted sepa que usted ha orado, como hemos leído a lo largo de la Escritura, entonces haga como ésta dice: “Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla. Simplemente quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará” 2 Crónicas 20:17.
Nadie debe presumir. Dios dice que somos gente necia. Cuando una batalla es ganada o cuando la guerra se ha terminado, solamente presumamos de Él. Conservémonos humildes. “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte” Efesios 2:8–9.
“No vayas a pensar: ‘El Señor me ha traído hasta aquí, por mi propia justicia, para tomar posesión de esta tierra.’ ¡No! El Señor expulsará a esas naciones por la maldad que las caracteriza. De modo que no es por tu justicia ni por tu rectitud por lo que vas a tomar posesión de su tierra. ¡No! La propia maldad de esas naciones hará que el Señor tu Dios las arroje lejos de ti. Entiende bien que eres pueblo terco… has sido rebelde contra el Señor” Deuteronomio 9:4–7.
Todos hemos pecado y hemos sido hallados faltos delante de la gloria de Dios. Así que recordemos esto cuando la batalla sea ganada. Nuestra justicia no es nada sino trapos de inmundicia. ¡Gloríese en Él!
La intensidad de nuestras pruebas es una señal de que estamos cerca de la victoria. Sus pruebas se pueden llegar a intensificar cuando usted esté cerca de ganar la victoria. “Por eso, ¡alégrense, cielos, y ustedes que los habitan! Pero ¡ay de la tierra y del mar! El diablo, lleno de furor, ha descendido a ustedes, porque sabe que le queda poco tiempo” Apocalipsis 12:12.
Usted debe combatir de la manera apropiada. Haga lo que Dios diga; ¡eso va a funcionar! No trate de defenderse a sí misma; eso crea guerra y corazones duros. “En fi n, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición” 1 Pedro 3:8. Asegúrese de caminar la milla extra y de bendecir a su esposo. Pregúntele a Dios cómo Él quiere que usted bendiga a su esposo.
Esta es una batalla espiritual. “¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles?” Mateo 26:53. Nuestro Padre Celestial llamará a los ángeles para pelear en nuestro favor en las “alturas” donde la verdadera batalla se está librando. “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales” Efesios 6:12.
Su esposo no es el enemigo. “¿Acaso no saben ustedes que, cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia” Romanos 6:16. Una persona en pecado es en realidad solamente un esclavo del mal.
Nosotros podemos pensar que uno que peca es horrible, pero así mismo somos nosotros, si continuamos reaccionando en venganza. (Recuerde, ¡eso le pertenece a Él solamente!) “Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas” 2 Corintios 10:4. Vayamos a la raíz del problema en lugar de la síntoma.
Comprométase. Comprométase sin importar las consecuencias y déjele los resultados a Dios. “Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua” Daniel 3:17.
Estos muchachos creyeron que Dios los liberaría, pero sin importar las consecuencias, ellos estaban resueltos a obedecer al Señor de todas maneras. Aún si ellos pudieran morir en el horno, ellos harían lo que ellos sabían que Dios quería que ellos hicieran y ellos dejaron los resultados en manos de Dios. Los muchachos no murieron, pero las cuerdas que los ataban fueron removidas cuando entraron al fuego. ¿Tiene usted ataduras (de pecado o de preocupación) que lo tienen cautivo? Dios lo liberará. ¡Es Su batalla! Clame al Dios de las multitudes; Él es el guerrero.
Para colocar su petición de oración o para encontrar una compañera de oración, vaya a nuestra página de internet en: www.RestoreMinistries.net.
Por favor escriba un DIARIO con el SEÑOR sobre lo que está aprendiendo cada día por los próximos 30 Días para “Restaurar su Matrimonio”.
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