Lea el Testimonio de matrimonio RESTAURADO de Valerie,
"Hoy mi esposo es un padre dedicado"
Este testimonio fue tomado de uno de nuestros muchos
palabra de su Testimonies libros
para ayudarle a
superar cualquier duda o el miedo en
la capacidad de Dios y el deseo de
restaurar su matrimonio!
Capítulo 6 "Mujer Contenciosa"
“Gotera constante en un día lluvioso
es La mujer que siempre pelea.
Quien la domine, podrá dominar el viento
y retener aceite em la mano.”
Proverbios 27:15-16
Pregúntese a sí misma, “¿Soy una mujer contenciosa?”
Tal vez esa pregunta es difícil de responder porque usted no está exactamente segura de qué es una mujer contenciosa. Si revisamos la concordancia de Strong la palabra contención signifi ca: una disputa, riña, contienda, un espíritu peleonero, discutidor. ¿Son sus conversaciones con su esposo usualmente o muchas veces una peleo para ver quién ganará o logrará que las cosas se hagan a su manera? ¿Gana usted muchas veces? Déjeme compartir con usted que yo era una mujer contenciosa y yo ganaba a menudo, o probablemente la mayoría del tiempo, ¡pero yo en realidad perdí! ¡Perdí a mi esposo y la vida familiar que teníamos!
¿Usted pelea con su esposo? “Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla” Proverbios 17:14. No obstante el mundo, y los así llamados expertos en matrimonio, nos dicen que una buena pelea es en realidad buena para el matrimonio. ¡No lo crea! ¡Pelear DESTRUIRÁ su matrimonio!
¿Hay contiendas en su hogar? “Más vale comer pan duro donde hay concordia que hacer banquete donde hay discordia” Proverbios 17:1. ¿Es usted la mujer gentil y callada de la que habla Pedro 3:4 quien es preciosa ante los ojos de Dios? ¿Son sus hijos inquietos? (Vea “Las enseñanzas de tu madre”, en el libro “La mujer sabia edifi ca su casa: escrito por la necia que destruyó la suya con sus propias manos. Recuerde Oseas 4:6.)
¿Tiene usted un espíritu peleonero? “No tengas nada que ver con discusiones necias y sin sentido, pues ya sabes que terminan en pleitos” 2 Timoteo 2:23. ¿Es usted una “sabelotodo”? ¿O usted solamente tiene un comentario contrario a lo que su esposo dice? Dios nos dice que “Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez” Mateo. 5:25. ¡Manténgase lejos de la corte de divorcio!
¿Es usted respondona? “Enseña a los esclavos a someterse en todo a sus amos, a procurar agradarles y a no ser respondones” Tito 2:9. ¿Es usted un esclavo de Jesucristo? ¿Él lo ha comprado por precio? Entonces usted le debe a Él y debe tratar de agradarle. Ahora que hemos visto lo que signifi ca ser contenciosa, la Palabra de Dios menciona cinco veces cuán horrible es una esposa contenciosa. Examinémoslo.
Una esposa contenciosa
Mujer contenciosa. ¿Ha tenido usted un grifo goteando que la volvía loca? “La mujer pendenciera es gotera constante” Proverbios 19:13. Algunas veces requiere que alguien llame la atención a esa gotera (tal vez un amigo o un suegro) para que su esposo lo note, pero una vez que lo ha notado, ¡eso es todo lo que podrá escuchar! ¿Se ha preguntado alguna vez por qué los hombres se mudan de sus casas, y a menudo con una ramera? Proverbios 21:9 dice que esto es porque “más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera”
Mujer contenciosa y de mal genio. De nuevo, un hombre preferiría vivir sin agua en el calor del desierto que con una esposa que lo desafía a él y a su autoridad. “Más vale habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio” Proverbios 21:19. Dios es tan fi rme acerca de este versículo, que lo repite. ¿Está escuchando? “Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera”
Una gotera constante. ¿Dios compara una gotera constante a la mujer contenciosa que eventualmente causa que una persona se vaya de la casa? ¿Por qué no simplemente el hombre arregla la gotera? ¡Porque Dios dice que eso es imposible! “Gotera constante en un día lluvioso es la mujer que siempre pelea. Quien la domine, podrá dominar el viento, y retener aceite en la mano” Proverbios 27:15–16.
Siendo sujeta
Muchas de sus contenciones pueden estar arraigadas en el hecho de que usted cree que el matrimonio es una sociedad. Esto es lo que yo creía y después descubrí que ¡no era verdad! En lugar de eso, Dios ha puesto a la familia, junto con el resto de la creación, en niveles de autoridad. Nuestros esposos son nuestra autoridad. Esto es importante que usted lo entienda. “Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es cabeza de Cristo” 1 Corintios 11:3. “Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo” Efesios 5:24.
¿Qué es la sumisión o el ser sujetas? Es obedecer sin una palabra, aún si nuestro esposo está siendo desobediente. No es responder un insulto con insultos o amenazar a él. 1 Pedro 3:9 dice: “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; mas bien, bendigan…” “Más bien bendigan” quiere decir responder a un insulto con un cumplido o una buena actitud “al observar su conducta íntegra y respetuosa” 1 Pedro 3:2.
¿Es la sumisión aplicable hoy en día? “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” Hebreos 13:8. En Mateo 5:18 Jesús dice: “Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido”
Cristo es la cabeza de todos los hombres. ¿Cómo podemos estar seguros de que Dios está sobre Jesús, y mi esposo (salvo o no) está sobre mí? “Ahora bien, quiero que entiendan que Cristo es cabeza de todo hombre, mientras que el hombre es cabeza de la mujer y Dios es la cabeza de Cristo” 1 Corintios 11:3.
Conducta respetuosa. Ahora que estamos seguros de que Dios está hablando a todas las esposas, ¿qué es lo que Él manda? “Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el comportamiento de ustedes que por sus palabras, al observar su conducta íntegra y respetuosa” 1 Pedro 3:1–2.
Estando sujetas. “Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo” Efesios 5:22–24. Esta Escritura explica que nuestra relación con nuestros esposos debe ser la misma que la de Cristo con la iglesia. ¿No es triste que muchas iglesias no se someten a Cristo y a Sus enseñanzas, justo como muchas mujeres no se someten a sus esposos? ¿Alguna correlación?
Mujeres santas. ¿Dónde está la esperanza en la sumisión? “Así se adornaban en tiempos antiguos las santas mujeres que esperaban a Dios, cada una sumisa a su esposo” 1 Pedro 3:5. Nuestra esperanza y confi anza está en Dios.
Protector. Cuando nosotras las mujeres nos protegemos a nosotras mismas porque sentimos que podemos “pelear nuestras propias batallas,” estamos dando a entender que ¿para qué necesitamos a nuestros esposos? ¿Fue usted la persona que le dijo al vendedor que se fuera o se deshizo de ese muchacho en la puerta, probablemente con más gusto que su esposo hubiera tenido? ¿Olvidó su esposo cómo respaldarla porque usted siempre tomaba el mando? ¿Quién realmente llevaba los pantalones en su hogar? ¿Quién era en realidad más fuerte?
Si su esposo le dijo algo, tal como tómalo con calma o tranquilízate, ¿le respondió usted que se ocupara de sus propios asuntos o algo peor? ¡Pero es asunto del esposo el proteger a su esposa y a sus hijos! Así que, ¿qué hizo su esposo cuando usted continuó tomando el mando o estando a cargo? Primero, se contuvo porque no quería otra pelea; después se mudó de la casa de “constante gotera;” ¡después encontró otra mujer a quien darle su afecto! Si usted sigue siendo contenciosa aún después de todo eso, entonces, cuando él ande cerca de su casa o le llame, o le escriba un correo electrónico él tendrá un recuerdo de por qué él se fue de la casa y permanecerá fuera o lejos.
La raíz de la contienda… ¡estimación propia!
¿Cómo llegaron muchas mujeres a ser contenciosas? Nosotras como mujeres somos contenciosas porque nosotras que somos cristianas imitamos al mundo y el pensamiento del mundo. Los libros que leemos, los consejeros que buscamos, las clases a las que asistimos, no refl ejan la Palabra de Dios, la cual es pura y sin dobleces. La mayoría de las mujeres cristianas están llenas de psicología.
¡El veneno bañado en chocolate sigue siendo veneno! Mis hermanas en Cristo, la psicología es más peligrosa cuando está bañada en cristiandad ¡porque nos la comemos luego luego! Nos han lavado el cerebro para pensar que el “amor propio” o la “estimación propia” son cosas buenas, pero no son otra cosa que ORGULLO! ¡¡Ese fue el pecado que resultó en que Lucifer se convirtiera en Satanás!!
La mujer contenciosa y orgullosa, la mujer que “lo sabe todo,” es la mujer que discute y quiere que las cosas sean a su manera— porque ella “piensa” que está en lo correcto. Y cuando ella está mal, su estimación propia necesita ser protegido. No hay nunca una palabra humilde o un “Lo siento, yo estaba equivocada” La mujer contenciosa ha estando condicionada a pensar que pedir una disculpa sería muy humillante.
Nuestro orgullo resulta en justicia propia, lo que es la razón por la que muchas mujeres revelan los pecados de sus esposos, ¡porque ellas no pueden ver sus propias pecaminosidades! (Por favor, vuelva a leer acerca de la arrogancia espiritual en el capítulo 2, “el alfarero y el barro”)
Cómo librarse a usted misma de la contención y de la justicia propia
Si confesamos. Como podemos claramente ver, vivir con una mujer contenciosa, que se basa en su justicia propia, no es nada menos que una pesadilla, no sólo para los esposos sino también para los hijos. Oremos conforme le pedimos perdón a Dios. Busquemos Su gracia para ayudarnos a ser amables y calladas mujeres quienes son preciosas ante Sus ojos, así como ante los ojos de nuestros esposos. “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fi el y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” 1 Juan 1:9.
Confiese. Cuando su esposo venga a la casa del trabajo o venga a visitar, pídale que le perdona por su contención y justicia propia. Si usted ya no tiene contacto con su esposo, ora por una oportunidad para decírselo en el teléfono o en persona. (Por favor, ¡no lo llame!) “Por eso, confi ésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y efi caz” Santiago 5:16.
Cuando esté confesando, no continúe y dé un “pequeño discurso” Sólo dígale brevemente que Dios le ha convencido de que usted era escandalosa y discutidora, lo cual se debe a que usted es orgullosa y cree en su propia justicia. Dígale, con la ayuda del Señor, que usted está orando para cambiar la manera cómo ha sido. Dele un beso y ¡abandone el lugar o diga adiós y cuelgue! Luego, confi ese a sus hijos y explíqueles cómo Dios va a ayudarle a cambiar mediante la humildad. Muy a menudo ellos ven o escuchan acerca de los pecados de su padre; es importante que ellos vean que la separación o el divorcio no se debió solamente a la culpa de una de las partes.
Primero reconcíliese. Si usted no se siente “dirigida” para ir y hacer estas cosas, nunca regrese a la iglesia. “Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” Mateo 5:23–24.
Gracia a los humildes. También, asegúrese de que usted es humilde; no sea tan orgullosa para decir así de fácil que es usted una mujer contenciosa. “‘Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes.’ Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo” 1 Pedro 5:5–6.
Aquí está la receta médica de Dios. “Llegaron a Mara, lugar que se llama así porque sus aguas son amargas, y no pudie-ron apagar su sed allí” Éxodo 15:23. Moisés arrojó un árbol en el agua, una representación de la Cruz del Calvario. Usted debe así mismo arrojar la cruz en el mar de su amargura. Cristo murió para librarle de todo pecado, incluyendo sus discusiones contenciosas y orgullosas, y su conducta centrada en usted misma.
Dios nos dijo que si nos humillamos, buscamos su rostro y nos volvemos de nuestros malos caminos, entonces Él nos sanaría. En lugar de eso, nosotros “sigue el consejo de los malvados” (Salmo 1:1) y somos “hombre que confía en el hombre” (Jeremías. 17:5), así que ahora sufrimos nuestras consecuencias—¡sanidad superfi cial! “Curan por encima la herida de mi pueblo” Jeremías 8:11. “Curan por encima la herida de mi pueblo, y les desean: ‘¡Paz, paz!’, cuando en realidad no hay paz” Jeremías. 6:14.
En lugar de esto, debemos morir a nosotros mismos. “Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado” 2 Corintios. 5:15. Jesús debe ser nuestro ejemplo, siempre, en todas las cosas, en la manera como anduvo en esta tierra. “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús (humildad), quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente… y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” Filipenses 2:5–9.
Compromiso personal: el hacer a otros más importantes que a mí misma, deshaciéndome de mis caminos contenciosos y orgullosos. “Basada en lo que he aprendido de la Palabra de Dios, me comprometo a renovar mi mente y a ser un hacedor de la Palabra siendo humilde y deshaciéndome de mis caminos contenciosos. Sacudiré la paja (psicología) del trigo (la Palabra de Dios) y viviré de acuerdo con Su Palabra solamente”
Por favor escriba un DIARIO con el SEÑOR sobre lo que está aprendiendo cada día por los próximos 30 Días para “Restaurar su Matrimonio”.
Click Aquí Español: "Lo que aprendí" 30 Día RSM