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La semana pasada expusimos la verdad con respecto a la perfección y el deseo de orden como un desorden porque nuestro Padre Celestial es un Dios de orden perfecto.
Esta semana quiero continuar explorando la verdad de que la perfección y el orden de querer en nuestras vidas no es un desorden, sino una mentira, una paradoja que contradice la verdad y Su Palabra.
Gracias a Dios que nuestro Padre es un Dios de perfecto orden porque, si no lo fuera, todo el universo se descontrolaría. El sol no saldría por el este todas las mañanas a la hora exacta que lo hace, ni se ocultaría al oeste cada noche. Nuestros cuerpos, que fueron perfectamente diseñados con ciclos de sueño para que funcionemos, ciclos hormonales para producir hijos y detenerse cuando pasamos la edad de procrear de lo contrario viviríamos en el caos. Nuestros ojos, nariz y boca; nuestras extremidades y dedos están perfectamente colocados en nuestros cuerpos tal como fuimos formados, perfectamente y en orden.
¿Qué pasaría si Dios no fuera un Dios de orden y perfección cuando fuimos "formados en secreto en el vientre de nuestra madre"? ¿Querríamos nuestros ojos, nariz y boca, nuestras extremidades y dedos que no estuvieran exactamente en el orden perfecto?!?! ¡Por supuesto que no!
En Una Mujer Sabia, "Las enseñanzas de tu madre", dije: "Dios es un Dios de orden. Dios tiene una rutina constante. ¡El sol sale por el este y se oculta por el oeste a la misma hora todos los días! ”Otra forma en que Dios es un Dios de perfección se explica en 1 Corintios 14:33 NVI cuando dice: “Porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz, como es costumbre en las congregaciones de los creyentes".
"¿Desorden?!?!" ¿Ve cómo lo que estamos exhibiendo al querer perfección y orden es todo lo contrario de un "desorden"? Cuando configuramos las cosas o queremos que nuestros días transcurran sin problemas, no estamos "anal" o "sufriendo" de TOC. ¡Eso es basura! Es una mentira que hay que sacar con la basura cada vez que esta mentira (y docenas como ellas) aparece en un pensamiento o lo dice o accidentalmente está de acuerdo con eso. “...A Dios no le agradan los desórdenes; le gusta la armonía, como la que reina en las demás iglesias... ”1 Corintios 14:33 (GNT). ¡Y cuando dice iglesias no es el edificio de la iglesia, somos nosotros, Sus novias!
Permítanme concluir con una breve historia de cómo animarse a sí mismas y a otros con la verdad. Hace unos meses escuché a un hombre que estaba haciendo algo "perfectamente" y luego dijo: "¡Oh, lo siento! ¡Sé que eso es anal de mi parte! ". Lo detuve y le dije: "¿Por qué es eso algo "sucio? ¿Por qué deberíamos etiquetarnos a usted o a mí o pensar que tenemos un ‘trastorno’ cuando estamos poniendo las cosas en orden! No tiene sentido. Es un buen rasgo dado por Dios y debería abrazarlo y nunca disculparse por ello". El hombre quedó atónito, pero lo entendió de inmediato, y luego dijo (en voz alta) "¡Eso está BIEN! ¡No es desagradable ni malo querer hacer las cosas a la perfección! ¡Muchas gracias por corregirme!”
Querida novia, la verdad la hará libre. No necesita aceptar ninguna etiqueta, especialmente cuando es un rasgo de nuestro Padre Celestial. Fuimos hechos perfecta y maravillosamente, siendo perfeccionados y viviendo en perfecto orden y armonía como Su novia.
Ah, pero ¿qué pasa si no tiene este rasgo y en cambio es un poco desordenada? Discutamos esto en la lección viviente de la próxima semana, Semana 51 "A quién se parece usted".
“…porque Dios no quiere que vivamos en desorden, sino en armonía y paz, como en todas las iglesias del pueblo de Dios…” 1 Corintios 14:33 (NVI).
¡Es tan liberador saber que fuimos creadas por una razón y que nuestro Amado nos dio rasgos especiales para nuestra misión aquí! Me encanta el orden, pero no soy una persona orientada a los detalles, para mí tener todo perfecto aumenta mi nivel de cortisol. Verás, Mi Amado demostró que porque Él es el Único que es perfecto y puede darme orden, Él es a quien debo acudir para todo. Cuando cocino, limpio, enseño e incluso cuando estudio Su palabra.
Necesito organizar mi vida en torno a Sus principios y dejar que Él sea el Alfarero perfecto de mi vida.
Incluso cuando me equivoco, todo lo que hago tiene un propósito en Él. Ahora elijo aceptar mis imperfecciones y vivir según Su Orden, no el mía.
Estoy reprendiendo las mentiras del enemigo sobre mí y aceptando que las cosas se compliquen y eso está bien porque Él es mi orden para siempre.
Mi dulce amiga, Sus amorosas misericordias son nuevas para nosotras todos los días. ¡Solo pídele lo que Él te diseñó para ser! Si luchas con el orden, anímate, Él es el maestro perfecto y te guiará hacia Su verdad perfecta, si estás luchando por ser súper organizada, déjate llevar y confía en Él. Nuestros caminos no son los Suyos, Su orden no es el nuestro, pero Su amor nos rodea siempre. Él nunca nos dejará ir.
“Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos. Pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, carecen de entendimiento. Pero nosotros no nos gloriaremos desmedidamente, sino dentro de la medida de la esfera que Dios nos señaló como límite para llegar también hasta ustedes” 2 Corintios 10:12-13.
Estoy agradecida con mi Esposo que retira todas las etiquetas de autojuicio y critica —de parte de otros— para revelarnos la verdad de Su voluntad para nosotros. Personalmente estoy agradecida de haber sido bendecida con el deseo de orden y perfección en mi vida. Este es un hermoso don, y asi como a algunos los etiquetan con TOC para molestarlos a otros el enemigo nos lleva al extremo del “perfeccionismo” para desgastarnos, ese fue mi caso. Pero en mi viaje, he aprendido de mi Padre Celestial que antes que nada EL quiere un corazón perfecto, y que confie en El por todo lo demás, el rendir mi agenda y cada actividad que hago en Sus manos dando lo mejor de mi corazón para EL, porque aun cuando limpio mi casa lo hago en servicio a mi Esposo Celestial, asi que eso es lo que EL quiere de mí.
Por mucho tiempo me comparaba con otras personas. Pero entendí que todos somos distintos y tenemos dones diferentes. Ese deseo extremo de perfección te empuja a compararte y competir internamente con otros para ser mejor que ellos en lo que sea (lo que nace del orgullo), y eso es frustrante, no tenemos gracia para ser mejores que otros si nuestro deseo es vanagloriarnos por ello, por eso nos frustramos porque NO es Su proposito que estemos compitiendo y comparándonos con otros, pero más bien que hagamos todo con humildad dentro de la medida de perfección del Señor. Ahora ese es mi límite y mi cinta de medir, ya no más comparaciones con otras personas, solo Su cinta de medir es la que me importa, pues vivo por El y para EL y todo lo que hago quiero que lo glorifique y le de adoración a mi Amado. Ahora soy libre de las comparaciones y del perfeccionismo agotador, para disfrutar admirando a mi Esposo Celestial y deleitarme en que El limpie mi corazón y así sea cada vez más perfecto para con El, estando cada vez mas cerca de El, viviendo como Su Novia.