1. Mi primer amor “Más cerca que un hermano”

Más cerca que un hermano
“Mi primer amor”

Mientras crecía, Erin deseaba desesperadamente ser monja porque había oído que las monjas estaban “casadas con Dios”. En el fondo de su corazón había un anhelo que no pudo entender hasta que fue mucho mayor. Sin embargo, muy pronto Erin cambió de opinión en cuanto descubrió que las monjas no tenían hijos.

A Erin le encantaban los bebés. Le encantaba hacerlos reír, verlos sonreír y reírse cuando gateaba tras ellos por el suelo. Erin jugaba con bebés de juguete mucho después de que se la considerara demasiado mayor para jugar con muñecos. Su juego favorito era fingir que sus muñecos eran sus propios bebés. ¿Sabías que Dios dijo: “Los niños son un regalo de Dios... una recompensa”? A Erin no sólo le gustaban los bebés, sino que también le gustaban los regalos y las recompensas, ¿y a ti?

Sin embargo, por mucho que amara a los bebés y quisiera tener una casa llena de sus propios hijos, Erin seguía teniendo ese profundo anhelo de sentirse más cerca de Dios. Su amor por Él comenzó el día que ella descubrió que Él quería ser su Mejor Amigo.

MAS “Mejor amigo para siempre”

Como la mayoría de las bendiciones, Erin descubrió a su Mejor Amigo para Siempre en medio de una crisis. Erin y su hermano mayor iban a un colegio privado al otro lado de Hollywood Hills, donde vivía su familia. El hermano de Erin era cuatro años mayor y era el encargado de llevarla a casa. A primera hora de la mañana, su padre, que trabajaba en la industria de la televisión y el cine, les dejaba en el colegio, pero era el hermano de Erin, Adrian, quien la llevaba a casa cada día en el autobús público. Pero ese fatídico día, Adrian la sobornó con suficiente dinero para comprar un cono de helado de una milla de altura si volvía sola a casa en el autobús.

Adrian la interrogó una y otra vez para asegurarse de que sabía el nombre y el número de los dos autobuses públicos que Erin tenía que abordar. Le preguntó cuánto dinero costaba cada autobús, que se asegurara de acordarse de pedir un transbordo en el primer autobús y dónde había que bajarse para cambiar de autobús. Erin, que acababa de cursar el primer grado, era demasiado joven para entender el peligro, así que sonrió alegremente, accediendo con entusiasmo, dando palmaditas a todas las monedas que tenía en el pequeño bolsillo de su uniforme azul para el billete de autobús y para su helado.

Mientras esperaba en la esquina, Erin se asustó un poco porque estaba confundida mientras esperaba su primer autobús. Muchos autobuses se detuvieron y abrieron sus puertas antes de que ella leyera el nombre correcto y el número correcto. Pero en cuanto llegó el autobús correcto y puso sus monedas en la caja de billetes y obtuvo su transferencia que dobló con fuerza metiéndola en su pequeño bolsillo, ella sonrió y tomó asiento. Lo único en lo que podía pensar era en pedir su cono de helado de fresa de una milla de altura!

Justo cuando el autobús pasaba por el famoso Teatro Chino, donde todo el mundo se tomaba fotos, poniéndose de pie en las huellas de las estrellas de cine y de rodillas con las manos en sus huellas, ella se levantó de un salto y tiró del cordón con entusiasmo para avisar al conductor del autobús de que quería bajarse en la siguiente parada. Erin sabía que no necesitaba tirar del cordón, su hermano siempre le decía que esa era la esquina más concurrida de todo Hollywood (¡quizá de todo el mundo!) y por eso la tomaba de la mano cuando se bajaban.

Aquel día nadie tomó la mano de Erin. Se paró en la salida antes de que el autobús se detuviera y fue la primera en bajar del autobús. En la esquina esperó a que se pusiera el semáforo en verde y cruzó la calle dirigiéndose a la fuente de soda de la esquina. Le dio al hombre su dinero y pidió un cono de helado de fresa de una milla de altura. Encantada, se sentó a leer los libros de historietas, olvidando que tenía que ver la hora. De repente se acordó y su corazón empezó a latir con fuerza. Mientras Erin se apresuraba a salir, levantó la vista para ver el reloj del banco y ¡la hora era la exacta en que saldría el autobús! Entonces, para su horror, vio el lugar donde ella debería haber estado esperando, y allí estaba su autobús - alejándose lentamente!

Esto ya había sucedido una vez cuando Adrian estaba bromeando con sus amigos. Así que Erin sabía que el próximo autobús que iba al Valle no llegaría hasta dentro de una hora, así que cruzó la calle hasta la parada del autobús y luego entró en el banco. A Erin y Adrian les encantaba jugar en el banco cuando su madre bajaba al sótano a la gigantesca cámara acorazada para meter o sacar papeles importantes. Subían y bajaban en el ascensor. Llegaban a la parte superior de las escaleras, luego se sentaban y se deslizaban por las escaleras de mármol que se curvaban y los llevaban al vestíbulo.

Jugar en el interior fue otro error: hizo que Erin perdiera el siguiente autobús y el siguiente. Cuando Erin subió al autobús para volver a casa, ya estaba oscureciendo. Estar en un autobús cuando había luz en el interior pero oscuridad en el exterior, asustaba a Erin. Estaba segura de que perdería su parada. Así que, a pesar de que había docenas de paradas antes de que llegaran a su calle, Erin empezó a ahuecar las manos para mirar por la ventana en busca de su parada.

Casi una hora más tarde, después de pasar por la Tienda de Artículos para Fiesta donde robó algo y la descubrieron, Erin se sintió aliviada al bajar y cruzar la calle. Pero fue entonces cuando se asustó más!. No había luces en su cuadra. Erin empezó a caminar calle arriba, pero pronto empezó a correr para llegar a su casa, donde se sentiría segura de nuevo.

Ahora lloraba, muy segura de que su hermano tendría muchos problemas por no llevarla a casa. Al entrar en la cocina, oyó a su madre gritar: “Apúrate y quítate el uniforme, Erin, la cena está casi lista”. Sollozando le dijo a su madre que Adrian la había hecho volver a casa sola en el autobús. La madre de Erin, que seguía removiendo la salsa de los espaguetis, se giró y le sonrió: “Pero mira qué grande eres, Erin, has llegado bien a casa”.

Todas las cosas para Bien

¿Cómo Dios pudo dejar que esto sucediera? Erin sabía que Dios la amaba, así que ¿por qué sucedió esto? ¿Por qué suceden cosas malas? 

¿Creerías que lo que pasó fue todo un plan de Dios? Es cierto. Dios usó esta y todas las dificultades en la vida de Erin para BIEN. Dios permitió que esta crisis sucediera para preparar a Erin para su futuro e incluso para el futuro de sus hijos. ¡¡Es lo mismo con usted!!

Aquella noche, mientras estaba recostada en la cama, Erin se dio cuenta de que nadie podía estar con ella todo el tiempo. No había nadie que la guiara o protegiera o la hiciera sentir segura todo el tiempo. Erin adoraba a su madre, pero su madre no lo había comprendido y no podía estar siempre con ella.

Erin tenía muchos hermanos mayores, pero ninguno podía tomarle la mano para que se sintiera segura y no perdiera otro autobús. Aquella noche Erin anhelaba tener un hermano, una madre, un amigo - alguien que estuviera con ella todo el tiempo. Alguien que nunca la abandonara ni la dejara. Alguien que la comprendiera.

Su Princesa

Erin viajó sola en el autobús un par de veces más ese año antes de las vacaciones de verano. Y aunque había aprendido la lección de no pasar el tiempo en otro sitio que no fuera la parada del autobús, el miedo a estar sola seguía atrapándola y asustándola.

En el tiempo señalado por Dios, cuando Erin se convertiría en Su Princesa, para no volver a estar sola nunca más, sucedió algo que cambió su vida a principios del año siguiente.

La monja favorita de Erin fue la persona que Dios envió para prepararla a ella y a sus compañeros de clase para su Primera Comunión. Aún más importante fue la preparación para su primera confesión. La monja que Dios eligió fue criada como Bautista y Erin estaba a punto de conocer a su Príncipe! El Príncipe de Paz. El mejor amigo que quería y necesitaba y quien estaría con ella siempre. El Hijo de Dios del que Erin se enamoró.

Durante toda su vida, Erin iba a tener a Alguien que la guiaría “Él me guía” y la protegería y la haría sentir segura sin importar a qué lugar del mundo Él la llevaría (algún día). Dios hace que todo ocurra para bien para que ella conociera a ese Alguien que nunca la desampararía, ni la abandonaría, ni la dejaría. Alguien que la comprendiera.

Sucedió cuando la monja le explicó que, aunque hubiera un sacerdote en el confesionario, imaginaran que estaban hablando con Dios mismo, confesándole todo. Confesar todo lo que habían hecho mal allí mismo, en el banco de la iglesia. Así que, arrodillada en silencio en la oscura iglesia, Erin le confesó todo a Dios, comenzando por querer que su hermano fuera castigado por hacerla volver a casa sola. Por robar algo en la Tienda de Artículos para Fiesta y por todas las veces que habló en clase cuando estaba prohibido.

Después de que Erin terminara, se sintió maravillosamente diferente!! Lágrimas de alegría comenzaron a correr por sus mejillas. La monja la vio y le dio un abrazo. Pero el abrazo que sintió era interior y sabía que era de Él. Erin se sintió más feliz que nunca en su vida. Erin se sintió más liviana, más feliz, más segura y en paz.

El nombre de Erin en realidad significa paz, pero ella nunca se sintió en paz. No como esta paz. Era como si sobrepasara todo entendimiento.

Después de unos minutos, mientras todo el mundo visitaba al sacerdote (la parte que no le gustaba a Erin), la monja pasó unas hostias “no consagradas” que decían ser el cuerpo de Cristo. Luego, con una voz muy tranquila, dijo que era el momento de pedirle al Señor que entrara en sus corazones porque ahora estaban limpios. Dijo que le pidieran que entrara y viviera allí, en sus corazones, entregando sus vidas y su futuro. Inclinando la cabeza de nuevo, Erin le pidió a Él que viviera en su corazón y en ese momento ella cambió instantánea y radicalmente.

Erin no necesitaba más religión. Ella quería y necesitaba una relación con su Creador. La religión no es mala o incorrecta siempre que no se interponga en el camino de una relación que no se gana sino que se da libremente.

El cambio en Erin fue tan profundo que sus padres creían que era la escuela católica a la que asistía. Se lo decían a todos los que preguntaban “¿Qué le ha pasado a Erin? Ya no es aquella niña revoltosa y traviesa que les daba tantos problemas”. Creían que la estricta escuela y las monjas eran quienes la habían cambiado. En cierto modo tenían razón, fue una monja la que introdujo a Erin a encontrar el perdón y a pedir al Señor que viviera en su corazón.

Desde ese día, Erin no volvió a ser la misma. Ese año el Señor se convirtió en el Mejor Amigo por Siempre de Erin. Debido a la forma en que Dios orquestó la vida de Erin, al igual que a muchas personas en la Biblia, y tal vez al igual que TU vida también - la vida de Erin fue separada y ella fue apartada - separada y apartada de casi todo el mundo.

Apartada para Su buen uso

Los tres hermanos de Erin eran mucho mayores y, por ser poco femenina, las hermanas de Erin no querían saber nada de ella.

Erin tampoco tenía amigos en la escuela. Al vivir en el Valle, pero asistir a la escuela en Hollywood y como acabas de leer, le tomaba más de una hora en llegar a casa en el autobús público, Erin no podía jugar después de la escuela y hacer amistad con los otros niños como todos los demás. Y como era una escuela muy estricta, casi no había interacción durante la escuela. Incluso mientras almorzaba, Erin tenía que sentarse en su pupitre y tenía prohibido hablar, por lo que tuvo que confesar esto al Señor.

Gran parte de la soledad de Erin tenía que ver con el hecho de ser poco femenina, como ya se ha mencionado. Eso significaba que nunca había tenido amigas cercanas. Además, hablar por teléfono con los compañeros de clase no era posible porque en aquella época las llamadas eran de larga distancia y eran muy caras.

En el vecindario de Erin, todos los demás niños eran mucho más jóvenes y durante cualquier otra actividad, como el ballet al que asistía, y luego como nadadora, Erin estaba apartada de cualquier amiga debido a que vivían en ciudades alejadas de donde ella vivía. Esto significaba que, durante la mayor parte de su infancia, Erin sólo tenía UN amigo íntimo y fiel, su Mejor Amigo por Siempre, que la acompañaba a todas partes! Alguien con quien podía hablar. Alguien que la escuchaba. Alguien que la entendía. Así que, aunque estaba sola - Erin nunca se sentía sola.

¿Y tú?

¿Te sientes sola alguna vez? ¿ Dios te ha apartado para algo especial? ¿Para un momento como éste?

A veces las personas en las que confiamos nos decepcionan, como Adrian, el hermano de Erin. A veces es un padre que cree que eres más adulto y responsable de lo que te sientes, como la madre de Erin. A veces nos quitan a la persona que más nos importa, como lo experimentó la madre de Erin, Grammy, cuando sus padres se divorciaron y el padre de Grammy se mudó después de que ella y su hermano se comportaran mal y él, lamentablemente, se ahogara.

Esto sólo significa una cosa. ¡No! ¡No! ¡¡No es que debes confiar en ti mismo y poner un muro para mantenerte a salvo!! ¡Qué tontería! Un muro significa que te has encerrado en una prisión. Y volverse duro es una tontería porque siempre hay alguien más fuerte o más duro. ¡¡¡La respuesta que Erin descubrió fue encontrar a Aquel que está “más cerca que un hermano” y “nos ama más que una madre”!!!

Así que déjame preguntarte de nuevo …
¿Alguna vez te sientes sola?
¿Alguna vez SIENTES miedo?
¿Alguna vez sientes que nadie TE comprende?

Pues entonces... ¿Adivina qué? Ahora es el tiempo señalado. Has estado leyendo y/o escuchando esta historia porque esta es tu Cita Divina. Hay Alguien que ha estado esperando por ti. Alguien que está a punto de usar todo lo que no tiene sentido o lo que te ha hecho daño para BIEN.

Todo lo que tienes que hacer es hablar con Él. Eso es la oración, es hablar con Dios. Puedes hablar en privado en cualquier lugar y en cualquier momento porque estás hablando con Él en tu cabeza y en tu corazón. Comienza como lo hizo Erin, confesando todo lo que has hecho mal aquí y ahora. Luego, una vez que te sientas limpia y libre, ¡pídele al Señor que venga a vivir en tu corazón!

Epílogo
Lo que pasó después

Durante siete años, Erin a menudo tomó el autobús a casa sola, pero nunca estaba sola. Dios la estaba preparando para que se sintiera muy cómoda siendo apartada para que estuviera lista para viajar por el mundo “escuchando una palabra detrás de ella” para que supiera cuando ir “a la derecha o a la izquierda”. “Él guió” a Erin para que conociera a personas de todo el mundo que anhelaban un Primer Amor que nunca los dejara o abandonara. Alguien que estuviera siempre más cerca que un hermano y que les amará más que una madre. Un Padre Celestial que les consolara cuando sus padres se divorciaran.

Y como Sus bendiciones se transmiten a muchas generaciones, la hija de Erin, Tara, hizo lo mismo - viajar y conocer a gente de todo el mundo. Niñas y niños y madres que hablaban muchos idiomas, pero que acogieron Su amor.

Si esta historia te ha ayudado a sentirte mejor, por favor comparte tu historia con nosotros. Es tu testimonio y es lo que ayudará a otras chicas a superar las dificultades en sus vidas! Y si compartiste nuestra historia con una amiga o alguien más, nos encantaría saber cómo sucedió.

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