NEW-WW-ESP-Cover-Front-454x585-1

Capítulo 15 "Las Enseñanzas de tu Madre"

"Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre
y no abandones las enseñanzas de tu madre;
Adornarán tu cabeza como una diadema;
adornarán tu cuello como un collar".
Proverbios 1:8

En la actualidad, existen muchas opiniones sobre el uso o no del castigo corporal, como dar palmadas a los niños. Aun así, escuchamos muy poco sobre enseñarlos, capacitarlos o amarlos. Muchos se preguntan qué método para disciplinar a los hijos deberían utilizar– bueno, ¡indiscutiblemente uno que funcione y que traiga abundantes frutos! Dios dijo que cualquier cosa que no esté fundamentado en Su Palabra se está hundiendo en la arena. Aun así, ¿cómo podemos discernir si el método que usamos está basado en la Escritura? Usted puede discernir la verdad conociendo la Palabra de Dios. Revisemos las Escrituras y busquemos juntas la verdad en este capítulo.

Ame a sus hijos

Como padres, debemos disciplinarnos a nosotros primero, mientras comenzamos a construir una base fuerte de amor por nuestros hijos. Si fallamos en invertir amor en nuestros hijos, entonces enfrentaremos resistencia y rebelión cuando tratemos de enseñar, capacitar y corregir su comportamiento. Por lo tanto, el amor debe ser nuestro fundamento, y el amor será la motivación de nuestros hijos para obedecernos.

Nosotros amamos, porque Él nos amó primero. El fundamento del amor se encuentra en 1 Juan 4:19, “Nosotros amamos porque Él nos amó primero” Fuimos amadas primero por Dios; luego, nosotras a su vez le amamos a Él.” De forma similar, nuestros hijos no pueden dar amor sin haber sido amados primero. Cuando yo soy la primera en darle amor a mi hijo, mi hijo a su vez aprenderá a amar.

Un ejemplo. El Señor nos dio un ejemplo a seguir. “Porque para este propósito han sido llamados… dejándoles ejemplo para que sigan Sus pasos” (1Pe. 2:21). Fue el amor que el Señor tenía por Su Padre lo que lo llevó a obedecer la voluntad de Su Padre. “Y decía: ‘¡Abba, Padre! Para Ti todas las cosas son posibles; aparta de Mí esta copa, pero no sea lo que Yo quiero, sino lo que Tú quieras’” (Mc. 14:36). El amor motiva la obediencia. A medida que nos enamoramos más de nuestro Señor, nos sentimos motivadas a vivir con rectitud.

Yo siempre me he preguntado por qué aún los hijos de padres piadosos (padres que sin duda siguen la Palabra de Dios sobre la disciplina) se extravían. ¿Podría a veces tener que ver con una expresión inadecuada de amor? Por supuesto, la mayoría de los padres aman a sus hijos, pero ¿se siente el hijo amado? ¿Cómo miran a sus hijos? ¿Les expresan palabras amorosas? ¿Cuánto tiempo pasan con sus hijos? En conclusión: ¿sus hijos se sienten amados?

¿Bendición o maldición? En la lección 12 “El Fruto del vientre”, aprendimos de la Palabra de Dios que los hijos son bendición, aunque nuestra sociedad nos diga lo contrario. La pregunta es, ¿qué es lo que usted cree en su corazón? No puede darles a sus hijos un amor profundo y sincero si piensa en los hijos como una maldición.

¿Qué dice enfrente de ellos? ¿Qué dice a sus espaldas? ¿Qué les transmite a sus hijos con su actitud hacia ellos? ¿Les dice a sus hijos una cosa y a las demás personas otra, al mismo tiempo, le da temor la idea de tener más hijos? “No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos” (St. 1:7-8).

Entonces, ¿qué es el amor? Se nos bombardea sobre lo que el amor debería ser a través de libros, películas y en la televisión. Todos nos dicen lo que él o ella piensan que es el amor. ¿Pero no deberíamos preguntar primero al Autor del amor sobre la definición verdadera? “Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante. No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido. El amor no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser” (1Co. 13:2-8). Está muy claro que el amor es más que un sentimiento, a diferencia de lo que nos dice la sociedad. El amor es una acción o una reacción que mostramos hacia otros. Profundicemos en las palabras marcadas con negrita en la escritura anterior.

Paciente. La paciencia es una reacción. La paciencia es definitivamente más que una necesidad cuando se está tratando con niños. Basta con ver a los padres con sus hijos en público para verificar que la paciencia es muy escasa hoy en día. Si estos padres se muestran tan hartos de sus hijos en público, ¿cómo actúan en privado? El siguiente versículo es una prescripción perfecta para que una madre lo use con sus hijos. “Les exhortamos, hermanos, a que amonesten a los indisciplinados, animen a los desalentados, sostengan a los débiles y sean pacientes con todos” (1Tes. 5:14). “Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles...” (2Tim. 2:24 NTV).

Bondad. La amabilidad es muy útil cuando se trata con niños. Algunas veces, sin embargo, parece que lo olvidamos. “Un siervo del Señor no debe andar peleando, sino que debe ser bondadoso con todos, capaz de enseñar y paciente con las personas difíciles...” (2Tim. 2:24). “...a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios” (Tt. 2:5 NVI). Debemos hablar amable y gentilmente con nuestros hijos. Cuando estamos instruyendo a nuestros hijos, es importante captar su atención primero al llamarles por su nombre. Luego tómese el tiempo de verlos con amor a los ojos y hablarles amablemente. Esto no significa que estamos tratando de implorar o rogar por su obediencia; es sólo la diferencia entre hablar palabras amables y darles órdenes bruscamente.

No es envidioso. Debemos ser muy conscientes de que el favoritismo puede causar celos entre hermanos. Si un niño presenta hábitos y gestos desfavorables o algo similar, esto puede provocar que usted favorezca a su(s) hermano(s). En lugar de eso, ame lo suficiente a su hijo con problemas como para trabajar con él en sus debilidades. ¿Recuerda la discordia en la familia de José causada por el favoritismo? ¡El resultado fueron celos notorios! “Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre...” (Gn. 37:11).

No se porta indecorosamente. Actuar indebidamente se ha vuelto común en muchos de nuestros hogares y también cuando estamos en público. Increíbles “escenas” o “furias y gritos” ocurren muy a menudo, en lugar del espíritu suave y apacible que Dios ama tanto. Ame a sus hijos lo suficiente como para controlar su espíritu. Luego controle el de ellos hasta que pueda enseñarles a controlarse a sí mismos. “Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu” (Pr. 25:28). “Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios” (1Pe. 3:4 NVI). 

No es egoísta. Nosotras las mujeres somos bombardeadas cada día con estímulos para “hacer nuestras cosas” y tener “nuestra propia vida”. Hace sólo unos años, habríamos llamado a esta actitud “egoísta y egocéntrica”. Tenga la seguridad de que el egoísmo cosecha sólo dolor y remordimientos. La Palabra de Dios dice, “No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo...” (Flp. 2:3).

No se irrita. ¿Qué tan corta es su mecha? ¿Pierde los estribos rápidamente? ¿La mayor parte de lo que dice es en voz alta? “El hombre [o la madre] irascible provoca riñas, pero el lento para la ira apacigua pleitos” (Pr. 15:18). “Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad” (Pr. 16:32). “La discreción del hombre le hace lento para la ira, y su gloria es pasar por alto una ofensa” (Pr. 19:11).

Debemos aprender a ser discretas (lo que significa tener cuidado de no avergonzar a otros) cuando nos sentimos ofendidas o defraudadas. “Como anillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa que carece de discreción” (Pr. 11:22). La realeza está supuesta a controlar sus sentimientos en público. Damas, somos hijas del Rey; por lo tanto, debemos actuar adecuadamente en presencia de todos los demás (incluso de nuestra propia familia en la casa) y de esta manera, enseñar a nuestros hijos a hacer lo mismo.

Todo lo soporta. Dios espera que soportemos cargas son Su ayuda. Las cargas de una madre pueden algunas veces parecer insoportables. Ese es el momento de correr hacia Él. “Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga, El Dios que es nuestra salvación. Selah” (Sal. 68:19). “Porque esto halla gracia, si por causa de la conciencia ante Dios, alguien sobrelleva penalidades sufriendo injustamente” (1Pe. 2:19).

Todo lo cree. Seguir las Escrituras cuando capacitamos, disciplinamos y corregimos a nuestros hijos requerirá de fe, pero alabado sea Dios – tenemos Su promesa que no seremos defraudadas “Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación” (Rom. 10:10). Así dice la Escritura: “Todo el que confíe en Él no será jamás defraudado” (Rom. 10:11 NVI). Los autores y fabricantes nos dicen que al seguir sus direcciones o al comprar sus productos, nuestras vidas serán transformadas. ¡Confíe en nuestro Creador y el autor de la vida para recibir Sus promesas!

Todo lo espera. Nuestra esperanza para nuestros hijos debe ser en el Señor. A medida que usted lo sigue a Él en obediencia a Su Palabra y tiene fe de que El completará lo que Él ha comenzado en usted y en sus hijos, sabrá que Él lo va a completar – ¡esta es nuestra esperanza! “La esperanza de los justos es alegría, pero la expectación de los impíos perecerá” (Pr. 10:28). “Debes saber que así es la sabiduría para tu alma; si la hallas, entonces habrá un futuro, y tu esperanza no será cortada” (Pr. 24:14).

Todo lo soporta. La maternidad es muy difícil en algunas ocasiones. Cuando sentimos que estamos al final de nuestra cuerda, Dios nos alienta a sostenernos de Él. “Pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo” (Mt. 24:13). “Y ustedes serán odiados de todos por causa de Mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo” (Mc. 13:13).

El amor jamás se extingue. Esta es nuestra mayor promesa: ¡Su amor por nosotros y nuestro amor por unos y otros, especialmente por nuestros hijos, nunca se extinguirá! “El odio crea rencillas, pero el amor cubre todas las transgresiones” (Pr. 10:12). “Mejor es la reprensión franca que el amor encubierto” (Pr. 27:5). ¿Dónde hay otro Dios como tú?... porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable” (Mi. 7:18). Cuando me encuentro insegura sobre cómo debo lidiar con mis hijos, ¡yo elijo reaccionar con amor ya que tengo la promesa de que el AMOR jamás se extingue!

¿Cómo puedo expresar mi amor a mis hijos?

Muchas madres les dan a sus hijos posesiones materiales, pero los niños necesitan algo más. ¡Ellos la necesitan!

Su tiempo. La cosa más importante que les puede dar a sus hijos es su tiempo. Cuando nos gusta alguien, o amamos a alguien, queremos pasar nuestro tiempo con ellos. ¿Dónde destina la mayor parte de su tiempo? ¿Cuál es su nivel de importancia para usted? Si espera a que haya tiempo para sus hijos, ¡puede ser que ya no sean niños! Entonces, ellos mostrarán su gratitud a usted teniendo poco o ningún tiempo para pasar con usted cuando sea mayor. ¿Qué podría ser más importante que su hijo o su hija? Sabemos que desperdiciamos mucho tiempo valioso en cosas que no significarán nada en algunos años. Existe una gran recompensa en pasar su tiempo con sus hijos. Es la mayor inversión que puede hacer jamás. Estará invirtiendo en el futuro de ellos y en el suyo también.

Haga contacto visual. “Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar; te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti” (Sal. 32:8). Necesitamos enseñar e instruir a nuestros hijos con nuestros ojos. Pero ¿cómo podemos hacer eso cuando dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a dejar a nuestros hijos en una multitud de actividades? Incluso si nos quedamos a mirar, muchas veces estamos en una conversación profunda y animada con otra madre. Nuestras vidas son aceleradas, estresantes, demasiado saturadas y extenuantes.

Si nuestros hijos nunca están presentes debido a la escuela, los deportes, las lecciones de música y otras actividades, ¿cómo podemos instruirlos o guiarlos? Debemos hacer el tiempo para verlos a los ojos, mostrarles nuestro amor e instruirlos. ¡Ellos deben saber que son la niña de nuestros ojos! “Cuídame como a la niña de tus ojos...” (Sal. 17:8 NVI). Todas estas actividades que nos mantienen tan ocupadas son usualmente temporales; por lo tanto, sólo tienen valor temporal. “al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2Co. 4:18).

Su toque. Tocar es muy importante para el crecimiento de un niño; tiene el poder de curar, así como de reconfortar.

Considere estos versículos:

“Y traían a Jesús aun a los niños muy pequeños para que los tocara...” (Lc. 18:15).

“Traían niños a Jesús para que Él los tocara...” (Mc. 10:13).

“Llegaron a Betsaida, y trajeron a Jesús un ciego y le rogaron que lo tocara” (Mc. 8:22).

“Y toda la multitud procuraba tocar a Jesús, porque de Él salía un poder que a todos sanaba” (Lc. 6:19)

“Pero Jesús dijo: ‘Alguien me tocó, porque me di cuenta de que había salido poder de Mí’” (Lc. 8:46)

El primer toque. La decisión de amamantar es una decisión que se hace en la primera visita prenatal de las mujeres. Veremos que la lactancia materna no es sólo para suministrar alimentos, sino también para el primer contacto de su bebé con un ser humano, para su comodidad y bienestar. Las empresas que hacen la fórmula están ahora obligadas por ley a decir la verdad en sus anuncios, que la leche materna es lo mejor para el bebé. Como madres, queremos lo mejor para nuestros bebés, pero a causa de nuestros fracasos pasados en amamantar, porque tenemos la intención de volver a trabajar, o simplemente porque algunas veces queremos “dejar” al bebé, podemos optar por un sustituto de la leche y por un chupete para nuestros bebés. Muchas veces, es nuestra propia madre o nuestros amigos quienes nos animan a alimentar con el biberón. Como mujer mayor, quiero alentar a ustedes mujeres jóvenes a amamantar a sus bebés, ya que las mujeres mayores deberían “instruir a las jóvenes... a que amen a sus hijos...” (Tt. 2:4).

¿Estamos para consolar o no? “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios” (2Co. 1:3-4). La respuesta natural de una madre cuyo bebé o niño está llorando es consolarlo. Los expertos difieren en sus recomendaciones sobre la conveniencia de atender a un niño que llora. La tendencia actual es alentar a nuestros hijos a consolarse a sí mismos para que puedan llegar a ser independientes.

Los niños se consuelan a sí mismos abrazando un animal de peluche, meciéndose, chupándose el pulgar o sus dedos o tomando un chupete. Los niños cuyas necesidades se han visto frustradas parecen nunca “destetarse” por completo o en el momento adecuado. Esto hace que esos niños que han recibido un “sustituto” se vuelvan inseguros. Estos niños se chupan el pulgar por más y más tiempo. Si se toma el tiempo para mirar alrededor, se dará cuenta que no sólo los bebés se chupan el pulgar, ¡sino también los niños en edad escolar primaria y mayores! ¡Esto es ahora común y aceptado en muchas de las escuelas! Esto debería ser una advertencia para nosotras de que algo se ha desviado del plan y del diseño perfecto de Dios. Los caminos de Dios siempre son perfectos.

¿Deberíamos responder al llanto de nuestros hijos o no? ¿Le suplicamos nosotros a Dios pidiéndole a Él que nos escuche, nos consuele y nos ayude? “Escucha, oh Señor, mi voz cuando clamo; ten piedad de mí, y respóndeme” (Sal. 27:7). “Escucha la voz de mis súplicas cuando a Ti pido auxilio...” (Sal. 28:2). “...presta oído a mi clamor; No guardes silencio ante mis lágrimas...” (Sal. 39:12). ¡Es importante que nunca ignoremos el llanto de nuestros hijos pidiendo consuelo! ¿Queremos que los “expertos” o los hombres mayores les digan a nuestros esposos que ignoren nuestro llanto y que es bueno para nosotras llorar solas? ¡Por supuesto que no! Incluso si nada funciona cuando intenta consolar a su hijo, su hijo puede sentir su amor. NADIE quiere oír a su esposo decir una burla sobre sus lágrimas como “Oh, es sólo porque estás embarazada”, “Tu acabas de tener un mal día”, o “Es sólo ese tiempo del mes”. Queremos comprensión y consuelo. Queremos ser sostenidas en los brazos de nuestros esposos.

Las técnicas de maternidad van y vienen. Diversos psicólogos y expertos en niños nos dicen cosas diferentes. Sujetemos su consejo a la “luz” de las Escrituras para ver claramente la verdad. Entonces estaremos fundadas sobre la Roca.

El toque a la hora del baño. En nuestro mundo apresurado, bañamos a nuestros hijos cada vez menos. Vemos a estos niños en las tiendas de comestibles, sin bañar y sin cuidado. El baño, cuando se hace sin prisas, les dará tiempo para relajarse y calmarse. Cuando bañamos a nuestros hijos “con amor”, ayudamos a nuestros hijos a sentirse amados. Después del baño, el niño es tan suave y dulce que, naturalmente, lo abrazamos y lo mantenemos cerca. Mamás, nuestros hijos necesitan de nosotras este tipo de amor sin prisas. Y una vez que usted haya terminado de sostenerlos o de leerles un libro de cuentos, envíelos a sentarse tranquilamente en el regazo de papá para alentarlo a darle un toque de amor. No puedes darles a tus hijos un mejor regalo.

Ellos han crecido. Usted podrá estar leyendo esto y pensar que es demasiado tarde porque sus hijos han crecido. Pero No, nunca es demasiado tarde para demostrar amor. Comience ahora a amar a sus hijos grandes. Comience con sus palabras. ¿Estas son amorosas, de aceptación y cuidado? Siente las bases con un abrazo y un “te amo”, no importa qué edad tengan.

Ellos están muy grandes. Nadie es demasiado grande para recibir afecto y un toque gentil. Si ellos están en sus años de adolescentes, comience con un amoroso empujón, frotar su espalda, un apretón amoroso en su brazo o un rápido abrazo. Deles una sonrisa con sus ojos y elógielos cuando le comenten sobre algo que han hecho (en lugar de cuestionarlos o criticarlos). Pídale a Dios que cree la oportunidad perfecta para que usted pueda decir algo amable, amoroso y sincero. 

Remordimientos. ¿Ha cometido errores o tiene remordimientos sobre la crianza de sus hijos? ¿Ha compartido estos remordimientos con su hijo grande? Es humillante, pero provechoso. “El orgullo del hombre lo humillará, pero el de espíritu humilde obtendrá honores” (Pr. 29:23). Si su familia necesita sanidad, existe una receta en las escrituras. “Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho” (St. 5:16).

Quizás usted deba comenzar por confesar sus fallas a una amiga cercana, para que ambas puedan lavarlas en oración. Ore por una oportunidad, por las palabras correctas que debe decir, y porque el corazón de sus hijos grandes sea receptivo para escuchar. Esté preparada para escuchar sus heridas. Dios nos dice, “El hermano ofendido es más difícil de ganar que una ciudad fortificada, y los pleitos son como cerrojos de fortaleza” (Pr. 18:19). Por favor no pierda el ánimo. Proverbios 10:12 dice, “El odio crea rencillas, pero el amor cubre todas las transgresiones” 1 Pedro 4:8 dice, “sobre todo, sean fervientes en su amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados” Asegúrese de tomar toda la responsabilidad. Puede ser sabio revisar las lecciones 3 y 4 “Espíritu suave y apacible” y “La bondad está en su lengua” antes de su reunión.

Disciplina amorosa. Debemos además expresar nuestro amor hacia nuestros hijos con disciplina amorosa. “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete” (Ap. 3:19). Nuestros hijos necesitan de nuestra disciplina para que también otros puedan amarlos. Hemos escuchado el dicho, “Es un hijo que sólo una madre puede amar”. Un niño que es indisciplinado, rebelde, y carente de auto control (o del control de sus padres) ha sufrido un gran perjuicio de parte de sus padres. Es especialmente penoso para la madre. “La vara y la reprensión dan sabiduría, pero el niño consentido avergüenza a su madre” (Pr. 29:15). Nuestros hijos necesitan que nosotras los capacitemos para que se conviertan en adultos responsables. Esto requiere tiempo, paciencia y comprensión. Usted tendrá que soportar muchas cosas, creer muchas cosas, esperar muchas cosas y resistir muchas cosas, ¡pero este tipo de amor nunca fallará!

Para obtener más información, hay un Libro de trabajo, ¡Educación en el Hogar para Él! disponible a través de nuestro ministerio.

Nuestro fundamento para la disciplina debe ser Su Palabra

Para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir. Encontramos referencia a la disciplina 90 veces en el Antiguo Testamento cuando Dios disciplina a Sus hijos y cuando los hijos de Dios disciplinan a sus propios hijos. Encontramos la disciplina 36 veces en Proverbios, casi siempre referida a la relación padre e hijo. Si queremos ser expertos en la instrucción de los hijos, entonces debemos leer y marcar estos versículos en Proverbios como nuestro fundamento para la instrucción de nuestros hijos ya que “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia” (2Tim. 3:16-17). Como veremos en los siguientes versículos de las Escrituras, la disciplina es una herramienta para restauración, y no para condenación, para devolver a una persona espiritualmente al lugar que le corresponde.

Conocer lo que había en su corazón. La corrección no siempre denota el infringir dolor o decepción. Como madres, nosotras debemos vivir vidas disciplinadas para poder disciplinar y corregir a nuestros hijos apropiadamente. Debemos tomar la determinación de ganar cada conflicto con nuestro auto control y no “ceder” o ignorar el comportamiento o actitud del niño. “Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley” (Ga. 5:22-23). ¿Ha sido negligente en corregir a sus hijos porque realmente no quiere molestarse? “Dios lo dejó solo para probarlo, a fin de saber todo lo que había en su corazón” (2Cro. 32:31).

Su palabra es Verdad. Encontramos además que Dios siempre precedió su castigo físico al comunicar primero Su Palabra. “La suma de Tu palabra es verdad, y eterna cada una de Tus justas ordenanzas” (Sal. 119:160). A esto se denomina castigar. El diccionario define castigar como “entrenamiento que se espera que produzca un carácter o patrón de comportamiento específico”. Como padres, debemos usar la corrección o el castigo físico para cambiar los patrones de comportamiento del niño y para fomentar un cambio de carácter.

¿Qué nos ha impedido seguir la Palabra de Dios?

Desconocer las Escrituras. Es nuestra responsabilidad conocer las Escrituras lo suficientemente bien como para evitar ser engañadas. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad” (2 Tim. 2:15).

Perecerá. La falta de instrucción adecuada de la Palabra de Dios en nuestras clases de escuela dominical o desde el púlpito como consecuencia ha resultado en un número masivo de hijos rebeldes. “Morirá por falta de instrucción, y por su mucha necedad perecerá” (Pr. 5:23).

Falta de conocimiento. Nos falta el conocimiento bíblico para entrenar y disciplinar correctamente a nuestros hijos. Por lo tanto, “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento” (Os. 4:6).

Se desviaron a la discusión estéril. Muchos cristianos siguen a los “expertos” más populares de sus tiempos. Sin embargo, se nos dice en la Escritura que no debemos prestar atención a ellos ya que está escrito, “instruyeras a algunos que no enseñaran doctrinas extrañas, ni prestaran atención a mitos y genealogías interminables, lo que da lugar a discusiones... Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería...” (1 Tim. 1:3).

Mitos. Se nos dice que buscaremos lo que “queremos” escuchar. “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos” (2 Tim. 4:3-4). Éstos son sólo algunos de los mitos más populares que prevalecen en nuestros libros cristianos y que son teorías de disciplina aceptadas entre los cristianos.

El hijo de carácter fuerte. Al buscar las Escrituras, encontrará que Dios no hace distinción entre tipos de personalidad como carácter fuerte, melancólico, o la tendencia actual de la TDA (Trastorno por Déficit de Atención), etc. Ciertamente, un niño que no se somete o responde cuando es disciplinado debe ser tratado con cuidado y diligencia, a fin de que no descuidemos la Palabra de Dios donde nos dice que, como madres, no debemos dejar a un niño o niña que se salga con la suya. Debemos ser muy cuidadosas para resistir añadir a la Palabra de Dios, la cual no hace excepciones basadas en los diferentes rasgos de personalidad, como una excusa para cambiar o descuidar Sus mandamientos. “Ustedes no añadirán nada a la palabra que yo les mando, ni quitarán nada de ella, para que guarden los mandamientos del SEÑOR su Dios que yo les mando” (Dt. 4:2).

Otra cosa que se nos dice equivocadamente es que no rompamos el “espíritu” del niño. Sin embargo, el propósito del castigo es destruir el “espíritu” de la rebelión. Si usted le dice al niño que no haga algo y lo hace, debe castigar la rebelión. Amenazar no destruirá un “espíritu” de rebelión. De hecho, la constante amenaza solamente intensificará el espíritu de rebelión. Debe castigar con vara. Nunca “amenace”. Uno siempre debe sostener lo que dice, y llevar a cabo el castigo después de haber dado las instrucciones adecuadas. ¡Si usted no los castiga cuando desobedecen, le está mintiendo a su hijo! “La necedad está ligada al corazón del niño, pero la vara de la disciplina lo alejará de ella” (Pr. 22:15).

Desafío deliberado. Otra idea falsa que se encuentra en los libros populares sobre la disciplina es que sólo debemos disciplinar el “desafío deliberado”. Sin embargo, encontramos claramente en las Escrituras que ésta no es la verdad. “La necedad” es también un llamado para el castigo. Un ejemplo es si un niño se olvida de hacer las cosas que se le dice que haga. “La necedad está ligada al corazón del niño, pero la vara de la disciplina lo alejará de ella” (Pr. 22:15). ¿Por qué deberíamos aceptar algo que es falso y que no se encuentra en las Escrituras? ¿Podría ser que queremos escuchar algo falso acerca de la disciplina del niño? ¿Podrían ser nuestros propios miedos los que controlan nuestra crianza de los hijos?

El temor del hombre resultará en una trampa. Si disciplinamos a nuestros hijos en la forma en que la Escritura nos dice, bueno, ¿qué pasa con las leyes del gobierno contra el maltrato infantil que tenemos en los EE. UU. y en otros países? De nuevo, busquemos la verdad en las Escrituras. Dice que “El temor al hombre es un lazo, pero el que confía en el SEÑOR estará seguro” (Pr. 29:25).

No temáis afrenta de hombre. ¿Qué podrían decir otras personas (familiares o amigos)? “Escúchenme, ustedes que conocen lo que es recto; pueblo que lleva mi ley en su corazón: No teman el reproche de los hombres, ni se desalienten por sus insultos” (Is. 51:7 NVI). (Insultar se define como ataques verbales. Reproche se define como culpa, vergüenza o desacreditar). Por lo tanto, no debemos preocuparnos por los ataques verbales o personas que tratan de avergonzarnos o desacreditarnos como padres. “Y tú, hijo de hombre, no temas; no les temas a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones. No temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde” (Ez. 2:6).

No añadas a Sus palabras. Por favor también resístase a probar las tontas “teorías” y las nuevas “técnicas” del mundo de hoy. “Tiempo de castigo”, “penitencia” o eliminar privilegios, etc., en lugar de usar la vara. “No añadas a Sus palabras, no sea que Él te reprenda y seas hallado mentiroso” (Pr. 30:6).

Su camino. Haga un pacto con Dios de que seguirá Su camino sin importar lo que diga el mundo.

La verdad sobre la disciplina

Echemos un vistazo a referencias específicas en las Escrituras para sabiduría:

Cuando castiga a un hijo, le demuestra que lo ama. “El que evita la vara odia a su hijo, pero el que lo ama lo disciplina con diligencia” (Pr. 13:24). Le he explicado a mis hijos que yo no disciplino a otros niños, sólo a los míos. Esto se debe a que los amo de la misma manera que nuestro Padre Celestial nos ama, y Él sólo disciplina a los que son suyos. “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Hb. 12:6).

El tiempo para castigar es desde el principio. No espere hacer volver a su hijo de sus caminos equivocados. “Disciplina a tu hijo mientras hay esperanza” (Pr. 19:18). La traducción The Living Bible (La Biblia Viviente) añade: “si no lo hace arruinará su vida”. Esto significa tanto en la edad temprana como al inicio de su desobediencia. Muchos piensan que usted no puede o no debe enseñar a un bebé a hacer lo correcto. Sin embargo, se sorprendería de lo que un niño muy pequeño es capaz de entender. Lo más difícil de romper es el mal comportamiento (o actitud) de un niño pequeño o de un niño mayor, con el que se les ha permitido salirse con la suya. Detenga y castigue el mal comportamiento desde la primera vez que lo hacen.

Los necios desprecian la sabiduría y la instrucción. Podemos ver que no sólo hay que vencer la “voluntad” del niño, sino que además hay que romper el “espíritu” de rebelión. Entonces, ¿cómo podemos saber si es la voluntad o el espíritu el que ha cedido? Si el niño presenta algún nivel de la ira, resentimiento o sarcasmo después del castigo, ¡significa que el espíritu de rebelión todavía está presente! “El temor del SEÑOR es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción” (Pr. 1:7).  La rebelión se opone a la autoridad y por lo tanto se opone a Dios.

No morirá. El dolor temporal es útil para cambiar el carácter permanente. ¿Quién es más fuerte y decidido a tener éxito, usted o su hijo? “No escatimes la disciplina del niño; aunque lo castigues con vara, no morirá” (Pr. 23:13).  En la vida, debemos enfrentar el dolor “por un tiempo” para disfrutar de lo que Dios nos quiere dar para toda la vida.

¿Cuáles son los beneficios de corregir adecuadamente a nuestros hijos? Los verdaderos beneficios del castigo son espirituales. “Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol”. La versión The Living Bible (La Biblia Viviente) dice: “No morirán si se utiliza un palo con ellos; el castigo los mantendrá fuera del infierno” (Pr. 23:14).

Una vez más, cuando usted castiga a un niño, le demuestra que lo ama. “El que evita la vara odia a su hijo, pero el que lo ama lo disciplina con diligencia” (Pr. 13:24).

El propósito del castigo es redirigir la vida. “El látigo es para el caballo, la brida para el asno, y la vara para la espalda de los necios” (Pr. 26:3). No utilice un látigo ya que su hijo no es un caballo, ni un cinturón ya que su hijo no es un burro. Para seguir las Escrituras, debemos utilizar una vara “de madera” en su trasero. En nuestra casa, hemos utilizado una cuchara de madera que ha traído verdadero arrepentimiento. Durante un tiempo, había utilizado una varita de una rama finita de un árbol, pero me di cuenta de que no lograba resultados duraderos en nuestros hijos más jóvenes. “La vara y la reprensión dan sabiduría, pero el niño consentido avergüenza a su madre” (Pr. 29:15). Evitar el castigo eventualmente te traerá vergüenza como madre. Todas las Escrituras son claras sobre el castigo: la vara es la única “cura” para la rebelión. Se pueden usar otras “técnicas” después de la barra, pero rara vez son necesarias y deben usarse con moderación y precaución.

El ministerio de la reconciliación. “¡Estás castigado!” Muchos padres creen y practican el método de castigar a un niño. Durante un período de tiempo determinado, el niño debe permanecer “en la casa del perro”, por así decirlo, donde los privilegios se eliminan, pero esto no es bíblico. Tenemos que aplicar el castigo físico (la vara), y luego capacitar a nuestros hijos para pedir perdón. Luego, ¡inmediatamente debemos perdonar sin más discusión! “Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió con Él mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; es decir, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo con Él mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación” (2 Co. 5:18-19).

Perdonarlo y consolarlo. Muestre su amor por ellos después. “…así que, por el contrario, ustedes más bien debieran perdonarlo y consolarlo, no sea que en alguna manera este sea abrumado por tanta tristeza” (2 Co. 2:7).

Aplicar la vara

El que lo ama lo disciplina. ¿Ama a su hijo lo suficiente como para aplicar la vara como Dios nos ha dicho que hagamos? “Disciplina a tu hijo mientras hay esperanza, pero no desee tu alma causarle la muerte” (Pr. 19:18). “El que evita la vara odia a su hijo, pero el que lo ama lo disciplina con diligencia” (Pr. 13:24). “Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete” (Ap. 3:19).

Muchos padres dejan que sus hijos sean desobedientes porque consideran que pueden haber fallado en decirles lo que realmente se espera de ellos y no creen que sea “justo” aplicar la vara. En su lugar ellos advierten, amenazan y advierten de nuevo, mientras que la rebelión y necedad del niño continúan. Cuando les dice a sus hijos que van a hacer o no hacer algo, verifique si en la Biblia hay una referencia sobre su enseñanza. Si existe una escritura específica que se aplique, entonces abra la Biblia y que sus hijos (o usted) lo lean en voz alta. ¡Señoras, esta es una buena razón para conocer la Palabra!

Su objetivo con el uso de la vara es para que el niño asocie el pecado con el dolor. Lo más importante es que el niño sepa, a través de sus acciones, que usted no está enojada con él, sino que usted odia el pecado. Esto sigue el mismo patrón que nuestro Padre celestial utiliza con nosotras. Dios nos disciplina, pero nunca deja de amarnos.

Cuando usted llama a un niño para que se acerque, y él decide no obedecer, el hecho de que simplemente usted camine hacia él y toque su espalda lo animará a moverse, mientras usted toma su mano y lo llevaba a donde usted estaba cuando lo llamó. Cuando se le dice a un niño que no pida algo de tomar o cualquier otra cosa después de que ya se le ha puesto en la cama, es tan simple como entrar a la habitación, levantar las cobijas darle algunas palmadas. Luego agáchese, béselo de nuevo y dígale con amabilidad y cariño que no vuelva a llamar de nuevo, sino que cierre los ojos y entonces él/ella se quedará dormido. Cuando se les ha dicho a dos niños que no peleen, es tan simple como caminar hacia ellos y darles una palmada rápida. ¡No hay necesidad de gritar, enojarse o explicar una vez más que no deben pelear!

Si parecen sorprendidos, les puede explicar después de haber aplicado la vara. Hay muchos padres que pasan mucho tiempo debatiendo y discutiendo con sus hijos. Madres, su familia no es una democracia. Dios, en Su infinita sabiduría, creó una línea de autoridad por un propósito. No socave su autoridad con los debates verbales con sus hijos. No espere hasta que usted esté enojada. “El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos” (Pr. 17:22). Si aguarda, esperando que ellos vengan u obedezcan o dejen de hacer lo que están haciendo, entonces hay una buena probabilidad de que usted se enoje. Si, en cambio, aplica la vara que produce dolor sin demora, puede mantener su semblante alegre, y su amor por ellos consistente.

Fueron entristecidos para arrepentimiento. El uso de la vara es para lograr el cumplimiento y arrepentimiento. “pero ahora me regocijo, no de que fueron entristecidos, sino de que fueron entristecidos para arrepentimiento; porque fueron entristecidos conforme a la voluntad de Dios, para que no sufrieran pérdida alguna de parte nuestra” (2 Co. 7:9). “Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol” (Pr. 23:14). En este punto, ¡si me dice que sus hijos no responden a la vara o a cualquier corrección física, usted no la está utilizando lo suficiente, o lo suficientemente duro! Simplemente debe asegurarse de que duela.

Muchos padres tienen miedo de un daño permanente, o tienen miedo de que pueden llegar a ser abusivos. Todo lo que un niño necesita es sentir el “efecto completo” de la vara una vez para que siempre respeten la vara y a sus padres. El abuso proviene de la ira. Si se toma el cuidado de disciplinar cada una de las veces en lugar de ignorar el comportamiento inadecuado, entonces nunca llegará al punto del abuso. El abuso va en aumento porque los padres han dejado de utilizar el castigo corporal con sus hijos. En el momento en que el niño ha agotado totalmente la paciencia de los padres (porque todos los otros métodos simplemente no funcionan), entonces el agotado padre responde perdiendo el control.

De la abundancia del corazón habla su boca. A veces es importante pedirle un “lo siento, por favor perdóname...” ya que “El corazón del sabio enseña a su boca y añade persuasión a sus labios” (Pr. 16:23). “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca” (Lc. 6:45). Esto debe ser sincero, sin ningún resentimiento, ira o persuasión. Si el niño de nuevo se rebela contra su autoridad al negarse a dar cumplimiento a su solicitud con los sentimientos y la actitud adecuada, repita el uso de una varita de una rama finita de un árbol, hasta que sientan “los efectos completos”.

Podrías levantar la cara. Debe ver el verdadero arrepentimiento. “…pero no miró así a Caín ni a su ofrenda, por lo que Caín se enojó muchísimo y puso muy mala cara. Entonces el SEÑOR le dijo: ‘¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él’” (Gn. 4:5-7 DHH). Si está demasiado asustada para seguir adelante, y permite la ira secreta (o abierta) de su hijo(a) contra usted como autoridad, algún día se dará cuenta de que su amargura hacia usted destruirá su relación.

Perdónelos y consuélelos. Una vez que usted tiene un hijo cuyo espíritu rebelde ha sido quebrantado, reafirme su amor por él, tanto verbal como físicamente. Abrácelo o cárguelo en su regazo, si no es demasiado mayor o pesado. “Por eso les ruego que reafirmen su amor hacia él” (2Co. 2:8). “Es suficiente para tal persona este castigo que le fue impuesto por la mayoría; así que, por el contrario, ustedes más bien debieran perdonarlo y consolarlo, no sea que en alguna manera este sea abrumado por tanta tristeza” (2Co. 2:6-7). En este punto, no debería haber necesidad de que usted los envíe a una “penitencia”, “los castigue”, “los envíe a su habitación”, “les quite sus privilegios”, o utilice cualquier otra forma de castigo.

Reafirme su amor hacia él. Después de usar la vara con su hijo, asegúrese de mostrarle su amor por él. “Por eso les ruego que reafirmen su amor hacia él” (2Co. 2:8). Nunca corrija o administre la “vara” frente a aquellos que están fuera de la familia inmediata. Nunca deberíamos avergonzar a nuestros hijos además de apenar a los demás en el proceso. “Todas sus cosas sean hechas con amor” (1Co. 16:14). “El sabio de corazón será llamado prudente, y la dulzura de palabras aumenta la persuasión” (Pr. 16:21). El amor es un fundamento importante para que lo muestre a su hijo. “Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera” (1Tim. 1:5). Asegúrese de que su actitud hacia ellos confirma que todo está perdonado y olvidado.    

Advertencia: Si usted como madre realiza los pasos apropiados en la corrección, entonces no habrá necesidad de castigarlos una segunda vez “cuando su padre regrese a casa”. Si quiere hacerle saber a su esposo un problema que ha ocurrido durante el día, entonces hágalo en privado. ¡Incluso nuestro sistema judicial no permite a nadie ser juzgado dos veces por el mismo crimen!

Felicidad y paz de mente. La Palabra de Dios es verdad. ¿Confía en Él o confía en el consejo y advertencias del mundo? “Disciplina a tu hijo y te dará descanso, y dará alegría a tu alma” (Pr. 29:17).

Haga un compromiso

No espere demasiado. Empiece a enseñar y disciplinar a sus hijos cuando son pequeños. No espere para corregir el mal comportamiento. Póngase en acción tan pronto como él o ella comience con la desobediencia o la actitud desagradable.

Autor de la rebelión. Recuerde que el autor de la rebelión es Satanás. Dios es el autor de la disciplina y la autoridad. ¿A quién le servirá? ¿A quién le servirá su hijo?

Produce respecto. La disciplina produce respeto por usted y por toda autoridad. Por otra parte, la falta de corrección adecuada produce irrespeto por usted y por toda autoridad.

Confiese sus pecados. La corrección de los padres es solamente temporal; ¡usted sólo tiene unos cuantos años! Así que comience temprano mientras que la arcilla es suave. Si espera hasta que estén en sus años de adolescencia, necesitará un mazo para derrumbar concreto. Sin embargo, si sus hijos han crecido y no los disciplinó y enseñó bíblicamente, es probable que haya tenido muchos dolores de cabeza y muchas noches sin dormir. ¡Su comodidad está en confiar en el Señor! Dios es un Dios de milagros. Confiese su falta de obediencia a Sus Palabras y Sus Caminos para su hijo adulto. “Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho” (St. 5:16).

Energía y compromiso. ¡Esto requerirá energía y compromiso de su parte, pero los resultados valen la pena! ¡Castigue ahora u ore después!

Instruyendo

Criar a un niño para que sea un adulto piadoso requiere más que disciplina necesita instrucción.  “Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él” (Pr. 22:6). Este versículo dice que debe instruirlo en el camino correcto, no “en el incorrecto”. Muchas veces, las madres pasan todo su tiempo gritándole a su hijo, diciéndole al niño “no” o que no hacer, en lugar de utilizar el tiempo para instruir. Al seguir la Palabra de Dios, evitará la necesidad de mucha disciplina. ¡Enseñe a sus hijos qué hacer, y cómo quiere que se comporten!

Falta de conocimiento. La Escritura nos dice: “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento” (Os. 4:6). ¿Están sus hijos siendo destruidos por su falta de conocimiento sobre lo que deben hacer? (Para obtener más información, lea y aplique Trabajadoras en Casa. ¡Le ayudará a darle a sus hijos instrucciones CLARAS que se traducirán en niños bien instruidos sobre quienes la gente comentará!)

Todo lo que el hombre siembre. Nosotras enviamos a nuestros hijos a la escuela o a la escuela dominical para que puedan obtener el conocimiento, pero Dios nos dio los hijos a nosotras. ¿Están aprendiendo lo que nosotras les enseñaríamos, si nos tomáramos el tiempo? Recordemos: “No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará” (Ga. 6:7).

Él debe andar. Si no los capacitamos y disciplinamos, podemos honestamente reclamar la promesa: “Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él” (Pr. 22:6).

Dejé las cosas de niño. Por lo tanto, si queremos reclamar la promesa de Proverbios 22:6, debemos enseñar y formar a nuestros hijos. Ayúdelos a eliminar las cosas infantiles a medida que crecen hasta la edad adulta. “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño” (1Co. 13:11.). Enséñeles y capacítelos en estas cualidades de carácter:

Trabajando con dedicación

Enseñe a su hijo a trabajar con dedicación. Dedicación es entusiasmo, disfrute, emoción, deleite, devoción y fervor. Ayude a su hijo a aprender una buena ética en el trabajo. Asígneles tareas que deben realizar cada día. Las mujeres que sólo tienen uno o dos hijos muchas veces no requieren la ayuda de sus hijos con el trabajo de la casa o del jardín. Al no enseñarles a hacer “su” parte, estará comprometiendo en gran manera el futuro de sus hijos.

Querido y necesitado. Cuando usted requiere la ayuda de un niño, esto le muestra al niño que es querido y necesitado. ¡Hay un capítulo en Trabajadoras en casa que le ayudará a implementar un sistema con sus hijos que ha mantenido mi hogar caminando en orden por más de 20 años!

¡Responsabilidad! ¡El trabajo les enseña a apreciar lo que tienen y esto a su vez les enseña responsabilidad! Si ellos se ganan lo que tienen, ellos van a cuidar estas cosas y apreciar todo lo que Dios les dé en el futuro. Requerimos que nuestros hijos paguen por los uniformes deportivos o las matrículas, los planes de estudio, los retenedores del ortodoncista y mucha de su propia ropa. Ahora que mis hijos han crecido, ellos están muy agradecidos por esta lección. Ellos, de hecho, abordaron el tema conmigo y me agradecieron ¡asombroso!

Un trabajo lucrativo

Trabajos. Emplee a sus hijos haciendo que tengan trabajos disponibles para que ganen dinero. Estos deben ser adicionales a sus tareas normales y a las tareas del hogar.

Cuando son jóvenes. Comience por identificar en la casa las tareas que ellos pueden realizar. No debe esperar a que ellos estén demasiado mayores; comience cuando son jóvenes. Nosotros les pagamos a nuestros hijos menores con golosinas, privilegios o con tan sólo un cuarto de dólar por un trabajo bien hecho.

Fuera de la casa. Luego, en la medida en que crecen, ellos pueden comenzar a trabajar en el jardín, en el garaje o en el automóvil. Fuera de la casa es el próximo paso luego que ellos dominen las responsabilidades dentro de la casa.

El vecindario. Finalmente, cuando se hayan graduado de lo interno de la casa hacia lo externo de ésta, y lo hagan bien, entonces están listos para trabajar en el vecindario. Ellos pueden lavar automóviles, hacer trabajo de jardinería, cuidar niños, alimentar animales, sacar la basura a las calles, y ayudar a las mujeres mayores con sus tareas. Ayúdelos a encontrar empleo identificando las necesidades en su vecindario.

Nota: Asegúrese de que la ayuda a usted o a un vecino no sea siempre a cambio de dinero. Ellos deben aprender a ayudarle a usted, a las viudas y a los pobres.

El dinero que se han ganado. ¿Qué hacen con el dinero que se han ganado? Es importante que no deje de instruirles una vez que ellos hayan ganado dinero. Debe instruirles sobre cómo gastar el dinero que se han ganado.

Lo que sus hijos quieran. Lo peor que puede hacer es darles a sus hijos todo lo que quieran. Además, no reemplace las cosas que ellos han perdido o han dañado, o que han sido robadas – si fue causado por irresponsabilidad de ellos.

Transmitido a su vida de adultos. Cualquier cosa que les enseñe a hacer con el dinero que ellos se han ganado será transmitido a su vida como adultos. ¿Quiere que ellos sigan dependiendo de usted una vez que se supone ellos pueden valerse por sí mismos?

Dios suple todas nuestras necesidades. ¡Primero diezme! Enséñeles a sus hijos que Dios suple todas nuestras necesidades. ¡Dios solo nos pide que le demos a Él un 10 por ciento y nosotros podemos quedarnos con el 90 por ciento! Se debe diezmar por todo lo que se gana o se obtiene.

Ahorre el 10%. ¡Ahorrar! Enséñeles a sus hijos a ahorrar el próximo 10%.

Necesidades futuras. Luego pagar por necesidades. Mire hacia adelante sobre sus futuras necesidades como se menciona abajo (deudas, equipos o ropa) o posiblemente un regalo de cumpleaños, para el Día de las Madres, etc.

Enséñeles a comprar sabiamente. Por último, el niño puede gastar en lo que “quiere”. El cuidado acá es enseñarles a comprar sabiamente. Esto sólo puede lograrse si USTED realiza las compras sabiamente. La MEJOR forma para comenzar es comprar lo que usted realmente necesita y utilizará, consulte el capítulo 2 en el libro Trabajadoras en casa para aprender los beneficios de “remover la basura” de su hogar. Cuando me deshice de TODO lo que había comprado que no utilizaba, cambió la forma en que compraba, y es lo mismo para incontables mujeres que han tenido la misma experiencia.

Su propio dinero. No permita que compren juguetes, juegos o libros que tengan mala influencia sobre sus hijos, sólo porque están usando “su propio dinero”. Además, no les permita comprar vestimenta desordenada (cosas que usted no compraría para ellos), sólo porque es su dinero.

La mejor compra. Ayude a su hijo a comprar cosas que le van a durar, encontrando la mejor compra y no dejándose llevar por los artículos “de moda”.

Organización

Enséñeles organización. Debe enseñar a un niño a ser organizado, ¡pero no puede enseñar lo que usted misma no ha aprendido! Mi madre, bendita sea, era la persona más desorganizada que jamás conocí. Cuando yo me casé, no tenía ni idea de cómo mantener mi casa organizada y funcionando sin problemas. Si tiene problemas en esta área, hay esperanza. Yo escribí la mayoría de las ideas sobre cómo mantener mi casa y mi familia (de nuevo) funcionando sin problemas. Tómese el tiempo de leer Trabajadoras en casa: Aprovechando al máximo su tiempo. Una mujer que tiene todos mis libros le dijo a una amiga, “¡Trabajadoras en casa es sin duda el MEJOR libro que jamás he leído! ¡Funciona!” Boca Rotton, Florida.

En la forma que ellos quieran. Sea diligente en cuanto a que ellos mantengan sus habitaciones en orden. Muchas madres piensan que porque es “su habitación” pueden mantenerla en la forma en que ellos quieran siempre y cuando la puerta esté cerrada.

Sus casas. ¡Si usted permite las habitaciones desordenadas, sus hijas algún día mantendrán sus casas de la misma forma!

Se le permitía mantener su habitación. Muchas mujeres dejan a sus hijos que sean haraganes y limpian por ellos. ¡No creo que sea muy popular con su nuera cuando su hijo mantenga su casa de la misma forma en que se le permitió mantener su habitación!

Cuidado: Tenga cuidado con generar “actitudes territoriales” sobre su habitación y sus cosas. Debe enseñar y mostrar a sus hijos que “no somos dueños de nada”. Somos administradores de todo lo que Dios nos ha confiado.

Cómo hacerlo. Enséñeles cómo hacer todas las labores y tareas que se les pide hacer.

Bien hecho. Trabajen juntos al principio; después, cuando ellos dominen la habilidad, revise su trabajo periódicamente para asegurarse que fue hecho correctamente.

Todo es maravilloso. Muchos expertos nos dicen que dañaremos la autoestima de nuestros hijos si no decimos que “todo es maravilloso” y se nos dice que solamente debemos “arreglar” lo que ellos no hicieron o lo que hicieron mal cuando ellos ya no estén en la habitación. Los niños quieren y necesitan la verdad de nosotras. No tenga miedo de corregirlos solo asegúrese de que esté motivado por el amor, no por el deseo de demostrarles un fracaso.

Construye la estima. No quiere construir la estima de su hijo. (Si no está convencida, vuelva a leer la lección 6 sobre Humildad vs. Autoestima).

Queriendo mejorar. Es importante enseñarles el deseo de “querer mejorar”. Este debe ser un proceso continuo. Hacer las cosas correctamente debe ser un deseo y no debe verse como una derrota cuando hacen las cosas mal.

Listo para la inspección Señora. Cuando mis hijos eran pequeños, yo hacía que dijeran “Listo para la inspección, Señora”. Luego yo señalaba las cosas que les habían faltado. Luego regresaba a verificar de nuevo.

Listo con anticipación. Enséñeles cómo preparar con anticipación al arreglar la mesa la noche antes para el desayuno, alistando la ropa para el siguiente día, preparar sus maletines deportivos justo después que la ropa esté limpia y seca, alistar sus maletines de libros y poner todo en el mismo lugar cerca de la puerta para tomarlo antes de salir de la casa. Encontrará algunos consejos sobre esto en el libro Trabajadoras en casa: Aprovechando al máximo su tiempo.

Trabajo de la casa

Reduzca sus expectativas. Cuando se trabaja con niños, la paciencia es lo más importante, junto con reducir las expectativas que podríamos tener para nosotras mismas.

Inversión en el futuro. Puede que ahora sea más fácil hacer todo por sí misma, pero al capacitar a sus hijos, está haciendo una inversión en el futuro – suyo y de ellos.

No se limite a recoger su desorden. Enseñe a sus hijos a mantener su casa limpia y ordenada. Llámelos (a la habitación o dentro de la casa) cuando hayan dejado algo fuera de su lugar. ¡No se limite a recoger su desorden!

Dificultad en ser paciente. Hacer que le ayuden en la cocina también puede ser provechoso. Sin embargo, no comience esta inversión en el futuro de sus hijos cuando la cena se atrasa o si tiene invitados – ¡será difícil ser paciente con ellos! 

Entrene a sus hijos jóvenes. Enseñe a los chicos a lavar la ropa. El trabajo doméstico no es sólo para las niñas ya que muchos hombres viven solos antes de que se casen. Es terrible cuando las madres no han entrenado a sus hijos jóvenes. ¿No la amará su nuera cuando ella tenga a su primer hijo y su esposo sea capaz de mantener la casa limpia, cocinar y lavar toda la ropa? Los niños que tienen cerca de 9 o 10 años pueden fácilmente aprender a hacer esto. Si espera a que ellos estén en sus años de adolescencia, podría haber esperado demasiado. No espere a que sean adolescentes para enseñarles estas tareas. La rebelión muestra su poderosa cabeza, especialmente si ha tenido poco o ningún control sobre ellos cuando fueron más jóvenes.

La forma más fácil de “decirle” a sus hijos mayores (¡y a los más pequeños también!) qué hacer cada día, una vez a la semana, o qué hacer una vez al mes, es implementar el método de las tarjetas de 3X5 del libro Trabajadoras en casa. A la gente joven parece no agradarle que le digan qué hacer. Este método les enseña sin decirles qué hacer. 

Sugerencia: Deseche el término “adolescente” de su vocabulario. Este connota rebelión. Mis hijos mayores son “jóvenes” o “jovencitas” y espero que actúen como tales – no como un adolescente rebelde.

Entrenamiento espiritual

Hable a cerca de Dios. Hable a sus hijos acerca de Dios, su Señor, y cómo Él ocupa una parte en su vida diaria.

Oraciones diarias. Ore con ellos sobre sus necesidades y temores. Pídales que oren por sus necesidades, especialmente durante los tiempos de prueba en la familia. Las oraciones diarias son el mejor remedio para los afanes de cada día.

Comparta sus pruebas. Usted no está “haciendo que se traguen la religión” cuando comparte sus aflicciones y cómo el Señor le ayudó a través de ellas. No esconda todo por lo que pasa como adulta, porque no están preparados para ello. Pero, al mismo tiempo, no los inmiscuya en su confidencialidad ni comparta detalles que como niños no tendrían que enfrentar.

Advertencia. ¡Los niños tienen oídos y lo escuchan todo! Sea cuidadosa con lo que dice en su presencia y especialmente cuide su lengua cuando esté al teléfono. Sus hijos no son sus mejores amigos. ¡Ellos necesitan que usted sea la madre y que los proteja mientras son jóvenes! No les imparta temor a sus hijos.

¡Vea su gozo! ¡Viva su fe! Sea amable y tranquila. ¡Déjelos ver su gozo en el Señor! Una de las actividades que yo hacía con mis hijos menores cada día era hacer que se pusieran la armadura de Dios. Haga que actúen como si se están poniendo cada una de las piezas de la armadura. Mis hijos pequeños solían hacer su armadura con sus cascos y espadas. Ellos proclamaban en voz alta, “¡Esta es mi espada del espíritu – La Palabra de Dios!” “¡Estoy usando las sandalias de la paz, para que pueda ser un pacificador cuando vea problemas!” “¡Este es mi escudo de la fe, para poder detener todos los dardos de fuego del enemigo cuando me los lance!”

Guíelos hacia el Señor cuando están pequeños. No deje esta bendición al maestro de la escuela dominical o a alguien más. Si ellos aprenden de usted que Dios es un Dios de AMOR por cómo usted los trata, sus hijos querrán tener con el Señor la misma relación que usted tiene con Él y con ellos.

Guardando la palabra de Dios en sus corazones. Haga que memoricen Escrituras todos los días. Al guardar la palabra de Dios en sus corazones, ellos tendrán el fundamento que necesitan para un carácter bueno y divino. Encontrará algunos consejos sobre memorización de la Biblia en Trabajadoras en Casa y en Educación en el Hogar. Ambos están disponibles a través de nuestro ministerio.

Disciplinando y capacitando. Al seguir la Palabra de Dios en la disciplina, capacitación y corrección de sus hijos, está estableciendo un ejemplo para que ellos hagan lo mismo con sus nietos.

Respeto

“Honrar a tu padre y a tu madre” (Ef. 6:1). Esta debería ser la primera Escritura que todo niño debería memorizar cuando tengan dos o tres años.

Sigan su ejemplo. Tenga cuidado de cómo habla con o de sus padres; sus hijos seguirán su ejemplo. Asegúrese de que trata o habla sobre sus padres en la forma en la que usted quiere ser tratada cuando sea mayor.

Glorificar a los niños irrespetuosos. No permita a sus hijos ser irrespetuosos con otros adultos. Si permite que en la televisión de su casa se vean comedias sobre las situaciones actuales, los está entrenando para ser rebeldes. La falta de respeto hacia los adultos se enfatiza en todas las comedias que ellos ven y en las películas que miran. Es muy popular en estos días glorificar a estos niños irrespetuosos.

Alegar. ¿Les permite a sus hijos que le aleguen? Si le contestan cualquier otra cosa que no sea “Sí, señora” o “No, señor” ellos le están alegando.

Nunca lo permita. Inmediatamente castíguelos. Nunca les permita alegar. (Lea la lección 4 “La bondad está en su lengua”).

Sí, Señora. Enséñeles a responderle con un “¿Sí, Señora?” o “¿Sí, mami?”

Espere a que las cosas se calmen. No les grite a sus hijos si ellos le alegan puesto que eso probablemente los llevará a gritarle a usted también. Tranquilamente corríjalos, y luego explíqueles que no volverán a “alegar”.

Es una mentirosa. Si ellos alegan de nuevo y usted no los castiga, usted es una mentirosa y es una abominación para Dios. Cada vez que usted simplemente amenaza a sus hijos y no cumple con su amenaza, usted es una mentirosa. ¡Reemplace las amenazas con una advertencia y luego cúmplala! (Vea “La bondad está en su lengua”, ya que “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento. Por cuanto tú has rechazado el conocimiento...” (Os. 4:6).

¿Cuántas veces los llama? Nunca llame a un niño dos veces. Los niños saben cuántas veces está dispuesta a llamarlos, y cada niño espera a responder justo antes de que llegue el momento en que ellos saben que usted “explotará”. 

¡Aquí voy! Enséñeles a responder su primera llamada con “¡Aquí voy!” Esto comienza enseñándole a su niño a decir: “Aquí vengo, mamá”, y luego tomando su mano y llevándolo de vuelta a usted, alabándolo en el camino.

De repente incapaz de caminar. Si se “debilitan en las rodillas” y de repente no pueden caminar, se le da una pequeña palmada.

Ven de buena gana. En el momento en que pueden decir las palabras “Aquí vengo, mami”, piensan que es su idea, y vienen corriendo de buena gana.

¿Es demasiado perezosa? No los llame si es demasiado perezosa para ir a buscarlos después de su primera llamada. Recuerde: ¡la obediencia retrasada es desobediencia! Enseñe respeto a los demás haciendo cumplir lo que les dice.

Base cada lección en un fundamento bíblico. No hable mal de los demás y no lo tolere de sus hijos. Siempre trato de basar cada lección en una Escritura. Hay muchas Escrituras sobre el tema de la calumnia.

Muestra respeto. Muestre respeto por las pertenencias y propiedades de otras personas. Invertir en otros le enseñará esto. Ayúdelos a buscar oportunidades para ayudar a uno de sus vecinos con su hogar. Además, puede hacer que ayuden a sus hermanos a limpiar su habitación, arreglar su bicicleta o hacer sus tareas domésticas.

Modales

Presentándose a sí mismos. Enseñe a sus hijos la forma educada de presentarse a sí mismos diciendo: “Es un gusto conocerle” con una sonrisa (y un apretón de manos para los chicos). Mis hijas vieron una película de Shirley Temple donde ella hizo una reverencia al saludar. Ellas hicieron lo mismo cuando fueron presentadas a un conocido de su abuela. El caballero nunca se olvidó de ello, y les comentó a docenas de personas sobre las niñas adorables y bien portadas, que son educadas por su propia madre en su casa.

Manejo adecuado del teléfono. Enséñeles el manejo adecuado del teléfono. Haga que se identifiquen y pregunten: “¿Quién llama, por favor?” Luego enséñeles a cubrir el teléfono o ir a buscarla, ¡que nunca griten por usted!

Haga contacto visual. Véalos a los ojos para que ellos aprendan a hacer lo mismo con los demás. No ser capaz de hacer contacto visual puede afectar cómo otros perciben su sinceridad. Las personas a las que ellos conozcan pueden sentir que son deshonestos, reservados o que están incómodos.

¿Permite que sus hijos le interrumpan? ¿Está alentando las interrupciones permitiendo a sus hijos que obtengan lo que quieran cuando la interrumpen? Nunca les permita interrumpirle cuando usted u otros están hablando. En lugar de ello, enséñeles.

Pararse en silencio. Enséñeles a pararse a su lado en silencio. Después de una corta espera, perdónese y pregúnteles en voz baja qué necesitan. Mis pequeños pusieron su mano sobre mi antebrazo para llamar mi atención, sin decir una palabra.

Vete y vuelve. Si interrumpen, haz que se vayan y vuelvan y hagan lo que has pedido, ¡una y otra vez si es necesario!

No escuches ¡Y no escuches lo que quieren o solo estás generando interrupciones!

Espera hasta que no estés ocupada. A medida que envejecen, el tiempo de espera debe extenderse. Para cuando tienen 6 años, deben esperar hasta que no esté ocupada, a menos que sea una emergencia. Por supuesto, siempre podrían “deslizarle una nota”. Cuando les responda, asegúrese de “disculparse” con la persona con la que está hablando.

Una actitud adecuada debe durar toda la vida. No use la frase “Mientras esté en mi casa...” ¿Es su objetivo desarrollar un hombre o una mujer piadosa? El buen comportamiento o una actitud adecuada deben durar toda la vida. Es importante desarrollar el carácter de sus hijos, no solo suprimir una respuesta carnal.

No lo haga. ¡No hable mal de sus hijos, nunca! No los llame mocosos o algo peor. No diga que no puede esperar hasta que vuelvan a la escuela o crezcan. Cosechará lo que ha sembrado. Esa misma actitud volverá a usted más tarde. ¡Además, tendrá un mocoso en sus manos ahora!

Educando a sus hijos en casa

Muchas personas piensan que es extraño que yo quiera educar a mis hijos, por misma, en la casa. El Señor sabe que no es solamente un compromiso, sino una convicción que tengo. Aunque nuestra familia no piensa en nosotros como unos “estudiantes en casa” porque no cabemos en el molde típico, nosotros NUNCA querríamos dejar a nuestros hijos bajo la enseñanza de otros. Cualquier dificultad que hayamos encontrado durante nuestros 16 años de enseñar a nuestros propios hijos, las BENDICIONES que hemos cosechado han superado AMPLIAMENTE cualquier prueba que nosotros hallamos experimentado alguna vez.

Abajo están sólo algunas de mis razones y convicciones para educar a mis propios hijos. Si no está educando a sus hijos en casa, espero que después de leer esto, sienta que es algo sobre lo que debe orar (y si está casada, ore para que su esposo comparta el mismo deseo). Puesto que este capítulo fue escrito primero y trajo tantas preguntas de los padres sobre educar a sus hijos en casa, Y debido a que Dan y yo tenemos un gran corazón por los padres que educan a sus propios hijos, ¡publicamos un libro de trabajo, ¡Educación en el hogar para Él! que puede encontrar en nuestro sitio web EncouragingBookstore.com.

Y les enseñarás diligentemente. Dios les dio a sus hijos para que los entrene hasta que sean adultos. Como adultos, necesitan saber, entre otras cosas espirituales, cómo leer, escribir y hacer matemáticas. Solo hay que encender las noticias, leer un periódico o recoger una revista para ver que aquellos que se gradúan de la escuela secundaria no tienen estas habilidades básicas. Las grandes empresas ahora tienen que gastar dinero para enseñar habilidades correctivas a los jóvenes adultos de nuestra nación porque no aprendieron los conceptos básicos en más de 12 años en la escuela. “Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”. (Dt. 6:7).

Dios los dotó de sabiduría e inteligencia. Pasa años tejiendo la moral y la sabiduría de este pequeño niño, y luego la escuela desentraña todo lo que se le ha enseñado. Para colmo, luego vuelven a sus propios hijos contra usted y hacia sus compañeros. Daniel nunca podría haberse quedado solo si sus padres no lo hubieran entrenado cuando era niño. Yo clamé esta Escritura en Daniel 1:17 que dice: “A estos cuatro jóvenes (Daniel, Ananías, Misael y Azarías) Dios les dio conocimiento e inteligencia en toda clase de literatura y sabiduría. Además, Daniel entendía toda clase de visiones y sueños”.

Se propuso en su corazón. Como con todas las promesas, hay condiciones que deben cumplirse. La condición de Dios, que conocieron estos jóvenes, fue que permanecieron intactos. “Pero Daniel se propuso en su corazón no contaminarse...” (Dn. 1:8). Si mantenemos a nuestros hijos intactos como los padres de estos jóvenes los mantuvieron, entonces podemos confiar en que Dios les dará a nuestros hijos lo que necesitarán.

Hágase estas preguntas: si sus hijos están rodeados de maldad, ¿permanecerán intactos? ¿Es el conocimiento del mundo más importante que la condición de sus almas? ¿Quiere que sus hijos aprendan una religión diferente? El humanismo secular se enseña en todas las escuelas públicas y se entremezcla con cada materia que toman. “Porque quitaré de su boca los nombres de los Baales” (Os. 2:17).

Nuestros días. ¿Ha considerado el tiempo que pasan en la escuela versus el tiempo que pasan en casa con usted, su padre y sus hermanos y hermanas? “... como una sombra son nuestros días...” (1Cro. 29:15).

Un amigo del mundo es enemigo de Dios. ¿Quiere que sus compañeros tengan el primer lugar en sus vidas? ¿Quiere que sus compañeros sean las personas que más quieren complacer? ¿No preferiría ser usted y el Señor los primeros en sus vidas? ¿No quiere que quieran complacer más a Dios? “Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (St. 4:4).

Vergonzoso incluso para hablar de las cosas. Todos conocemos los problemas en la escuela: presión de grupo, drogas, sexo, alcoholismo y violencia. ¡No solo nuestros hijos están expuestos a estos males, sino que las escuelas ahora están educando a nuestros hijos en el mal! Están enseñando a sus hijos sobre el SIDA, la homosexualidad, los anticonceptivos, a denunciar a los padres por abuso infantil, y la lista continúa. “y no participen en las obras estériles de las tinieblas... Porque es vergonzoso aun hablar de las cosas que ellos hacen en secreto” (Ef. 5:11-12).

Apartarse. En cambio, enséñeles a “... apartarse del mal y hacer el bien” (1Pe. 3:11). Aquí hay una historia divertida: cuando Cooper, que entonces tenía solo cinco años, estaba aprendiendo a ser un caballero (cuando sus hermanas o yo nos vestíamos), él se alejaba y comenzaba a cantar al son de “Dixie”. ¡Mira hacia otro lado, mira hacia otro lado, ¡hombre piadoso!

Apártate de la presencia del necio. Prestemos atención a la Palabra de Dios cuando Él nos advierte, “Apártate de la presencia del necio, porque en él no discernirás palabras de conocimiento” (Pr. 14:7).

Para que no caiga. ¿Le gustaría que su esposo trabajara en un bar o en algún otro lugar donde la inmoralidad, las drogas, la violencia y el alcohol fueran rampantes? ¿Cuánto tiempo podría “estar de pie” antes de que comenzara a afectarlo? “Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga” (1Co. 10:12).

Las malas compañías corrompen las buenas costumbres. Sus hijos tienen menos poder para resistir a las influencias malignas que un hombre o una mujer adulto; entonces, “No se dejen engañar: ‘Las malas compañías corrompen las buenas costumbres’” (1Co. 15:33).

Causar un tropiezo. Si pone a sus hijos en un ambiente que es malo y que corromperá su buena moral, ¿no está dirigida esta Escritura a usted? “Es inevitable que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen! Mejor le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeños” (Lc. 17:1-2).

Estos son solo algunos de los beneficios de educar a sus hijos en casa:

La enseñanza de tu madre. Como usted es la maestra de su hijo, puede estar segura de que su hijo o hija aprenderá todo lo que necesita saber. No está tratando de enseñar a 30 niños, por lo que puede tomarse el tiempo para explicar a cada niño lo que él o ella no puede entender. No tendrá que continuar con una nueva lección hasta que haya dominado la habilidad anterior. Esta es una tutoría individual, un método en el que todos los niños se destacan. “... Y no abandones la enseñanza de tu madre” (Pr. 1:8).

La sabiduría entrará en tu corazón. Puede pasar tiempo enseñando “académicos” en lugar de perder el tiempo enseñando control de la natalidad (anticonceptivos), abuso infantil, reciclaje o adorando a la “madre tierra”. Su tiempo se gastará sabiamente. También tendrán las habilidades para ser líderes, ya que Dios separó a los que eligió para el liderazgo, es decir, Abraham, José, Moisés, Juan el Bautista y Jesús. “Porque la sabiduría entrará en tu corazón, y el conocimiento será grato a tu alma” (Pr. 2:10).

Buscad primero el reino de Dios. Podrás poner la lectura de la Biblia y la memorización primero. Si les da mayor importancia a estos temas, entonces puede reclamar la Escritura: “Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mt. 6:33). No olvide que el libro Trabajadoras en casa tiene un excelente método para memorizar las Escrituras.

Cualidad imperecedera de un espíritu suave y apacible. Sus metas para sus hijas deben ser diferentes a sus metas para sus hijos. Cada una de sus niñas debe ser capaz de enseñar a sus propios hijos y ayudar a su propio esposo. Debe alentarlas a no seguir carreras, lo que pondría en peligro su matrimonio. Enséñeles a administrar un hogar, cuidar niños, coser y hacer un ministerio desde su hogar. Use Proverbios 31 como su guía. “y que sus obras la alaben en las puertas de la ciudad” (Pr. 31:31). Pero lo más importante, puede guiar a sus hijas a tener “…un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene mucho valor delante de Dios” (1Pe. 3:4 NVI). Un espíritu suave y apacible solo se aprenderá de su ejemplo. Además, ¡no creo que este tipo de espíritu sea uno de los objetivos de nuestras escuelas públicas!

Sin el espíritu. Mis objetivos para mis hijos son primero ser poderosos en espíritu, junto con la diligencia de aprendizaje y una fuerte ética de trabajo. “Como el cuerpo sin el espíritu está muerto” (St. 2:26).

Él te exaltará. Tanto sus hijas como sus hijos necesitan aprender a vivir sus vidas para el Señor. “Humíllense en la presencia del Señor, y Él los exaltará” (St. 4:10).

Destruye el alma. La forma de dirigir la vida de nuestros hijos no es hacia la universidad o un buen trabajo donde puedan ganar mucho dinero. Una encuesta reciente informó que, de aquellos que profesaban ser cristianos (nuestros hijos y nuestras hijas) y fueron a la universidad (universidades tanto seculares como cristianas), ¡el 80% de ellos se apartaron de su fe! ¡Lo peor es que solo el 40% vuelven a Dios! Padres, ¿es un título universitario más importante que el alma eterna de su hijo? “No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien teman a Aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno” (Mt. 10:28). La búsqueda de dinero no debe ser el objetivo. Todos debemos buscar al Señor para descubrir cuál es el “llamado” en la vida de nuestros hijos.

Mi Dios suplirá. Muchas veces es el “orgullo” de los padres lo que los hace enviar a sus hijos a la universidad. Tenga cuidado con todas las universidades, especialmente cuando están lejos de casa. Es posible que esté pagando para que su impresionante hijo (o hija) se deje llevar por la lujuria y otros pecados como beber o tomar drogas. ¡Jesús no dejó la autoridad de sus padres hasta los 30 años! Muchas enseñanzas perversas se han plantado en las mentes de hombres y mujeres jóvenes incluso en las universidades bíblicas y han dado “frutos malos” más adelante en la vida. ¡Curiosamente, Charles Darwin, el padre de la evolución, tenía un título en teología! “Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil 4:19). Advertencia: he aconsejado personalmente a mujeres cuyos esposos han aprendido algunas teorías inimaginables, en realidad pervertidas, de sus profesores en las universidades bíblicas.

Contar nuestros días. El beneficio más importante es la “CANTIDAD”, no la calidad, del tiempo que pasa con sus hijos. ¿Recuerda que las personas mayores te decían “cuan rápido vuela el tiempo” y “¿disfrutan a sus hijos mientras son pequeños?” Siga ese consejo, porque tienen razón. No puedo creer lo rápido que ha pasado el tiempo desde que mis mayores eran pequeños. Nunca podré recuperar esos días otra vez. Planeo recordar cada momento que tengo con mis hijos sin arrepentirme del tiempo que perdí. “Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Sal. 90:12).

Beneficios de la educación en el hogar

Una generosidad de alegría. Si pasa tiempo enseñando, entrenando, disciplinando y corrigiendo a sus hijos, ¡cosechará una gran cantidad de alegría!

Niños bien educados. Tomarse el tiempo para desarrollar un niño con buen comportamiento traerá elogios de otros, en lugar de vergüenza. Además, sus hijos son su testimonio y testigos para los demás, ya sea que estén con usted o solos.

No tengo mayor alegría que esto. Si pasa más tiempo “disciplinando, enseñando y entrenando”, habrá menos necesidad de corregir. Detecte el mal comportamiento rápidamente. Recuerde, “¡un varazo a tiempo ahorra nueve!” También tendrá ayudantes, no cargas. Pero lo más importante serán fuertes en la fe. “No tengo mayor gozo que este: oír que mis hijos andan en la verdad” (3Jn. 1:4).

Amor firme. Si los ama lo suficiente como para entrenarlos temprano, no tendrá que usar “amor firme” cuando lleguen a la adolescencia. Los padres que no disciplinaron y entrenaron a sus hijos cuando eran pequeños necesitaban un “amor firme”. Tenían miedo de usar la vara porque no temían a la Palabra de Dios, sino que temían al hombre. Y sí recomiendo “amor firme” a los adolescentes, aunque no estoy de acuerdo con eso para la relación matrimonial. Se ordena a los padres que castiguen y controlen a sus hijos; sin embargo, ni el esposo ni la esposa tienen instrucciones de responder a las acciones de su cónyuge con nada más que amor y respeto.

Advertencia: “El amor firme” nunca se debe usar con su esposo. ¡Esto no es bíblico y las consecuencias son desastrosas! Vea Cómo Dios puede y Va a Restaurar su matrimonio: ¡por alguien que ha estado allí para conocer los resultados de alguien que lo intentó!

Amor y respeto para usted. Cuando usted ama, enseña, capacita y disciplina a sus hijos, sus hijos serán parte de su vida aún después de que ellos se hayan casado, porque les habrá inculcado el amor y respeto hacia usted – sus hijos elegirán estar cerca de usted cuando sean adultos.

Sostenerlos financieramente. Otra bendición es que no los sostendrá financieramente en su vida adulta si los ha capacitado diligentemente en una buena ética laboral.

Muestre interés en ellos ahora. No espere a hablar con sus hijos; si muestra interés en ellos ahora, ellos mostrarán interés en usted después.

Compromiso personal: Amar, enseñar, entrenar, disciplinar y usar la vara con mis hijos con toda diligencia. “Basada en lo que he aprendido de la Palabra de Dios, me comprometo a seguir el plan de Dios para los padres que está claramente delineado en Proverbios. Siempre recordaré que estos niños son del Señor y me han sido confiados. Debo entrenarlos y disciplinarlos amorosamente para que ellos estén listos para servir a Dios, dispuestos y capaces para obedecerle a Él”.

"Si está lista para comprometerse con DIOS a terminar el curso, AL HACER CLIC AQUÍ ha aceptado y está lista para documentar este próximo paso a lo largo de su Viaje de Restauración en su formulario" Mi Diario". Tómese su tiempo, tome asiento, tome su café o té y derrame su corazón en su Diario.

Como "Asímismo las ancianas ... enseñen lo que es bueno, para que INSTRUYAN a las jóvenes ..." (Tito 2: 3) Tendrá la oportunidad de hablar con las mujeres más jóvenes que todavía están solteras como parte de su ministerio ".

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *